Columnas

Del sueño a la pesadilla

Desde que perdí la vista puedo recordar fácilmente y con lujo de detalles muchos de mis sueños; estoy seguro de que esto se debe a que a menudo imagino que puedo ver. Esto hace inolvidable cada una de estas visiones, y nada me gustaría más que quedarme por siempre en alguna de estas fantasías nocturnas. En estos quiméricos episodios soy capaz de ver las caras de personas importantes en mi vida; veo una paleta de colores desplegarse delante de mis retinas, y por un momento me olvido de la pesada oscuridad que me rodea, mis pupilas se regocijan con la prodigiosa belleza de la madre tierra, con la extraordinaria perfección del universo. No obstante, como sucede cada día, con la alborada es imperativo regresar del onírico viaje; es necesario despertar, aunque duela, y enfrentarse a la realidad. Me niego a despedirme de mi aventura de ensueño; me sacudo el letargo pero no puedo evitar un sentimiento de pesar, porque al abrir los ojos vuelve a cercarme  una impenetrable y apabullante sombra.

Resignado me sumerjo de lleno, y sin dudar, en el nuevo día con el propósito de sacarle el máximo provecho posible y de hacer que cada segundo valga la pena. Me esfuerzo por estar sereno y alegre, pero todos los días escucho de situaciones que amenazan con hacerme caer en la frustración y la desesperanza; es difícil conservar la fe en la humanidad cuando todo alrededor es caos, por todos lados hay guerras, asesinatos, extorsiones, corrupción, intolerancia, discriminación y opresión. Muchos han olvidado valores como honestidad, integridad, tolerancia, consideración y justicia;  quién sabe en dónde quedó aquello de amar, cuidar y respetar a los demás. No es fácil despedirse de un cuento de hadas con final feliz para enfrentarse a esta pavorosa pesadilla que es la realidad. Vivo cada día esforzándome por aportar, trato de alejar la desilusión y me lanzo con decisión a conquistar el nuevo día, esperando con ansias la noche para renovarme con alguno de aquellos sueños en los que puedo ver y en los cuales todo es paz, armonía e iluminación. Hasta pronto; me voy a dormir, que alguien apague la luz, cierre la puerta de mi dormitorio, ponga el cerrojo y que luego pierda la llave. Buenas noches.