Columnas

Renovación en la Usac

Históricamente la Usac registra dos grandes procesos de  transformación. La primera, orientada por  José Liendo y Goigochea en el siglo XVlll quien  introdujo el método experimental para la enseñanza de las ciencias. La segunda, con la revolución de 1944 en la cual alcanza la autonomía académica, política, financiera  y   vincula su quehacer a la solución de los problemas nacionales.

Ahora vivimos  un nuevo mundo en el cual cobra importancia el conocimiento, el uso masivo de las tecnologías de la información y la comunicación y a su vez, estamos envueltos en una compleja realidad bañada de violencia e inseguridad, problemas ambientales y alimentarios, desconfianza, ausencia de valores  que nos articulen interculturalmente.

En el marco de este contexto,  es necesario debatir acerca de los retos que enfrenta hoy la Usac para estar en capacidad de considerar  el reordenamiento académico-administrativo. Esto permitiría llevar a cabo los cambios necesarios que viabilicen acciones educativas a fin de atender lúcidamente las  demandas de una dinámica diferente de cuando  fue aprobada su Ley Orgánica hace mas de 4 decadas.

Desde esta perspectiva,  una posibilidad podría encaminarse a modificar la organización académica de la universidad, bajo el paradigma de las grandes áreas de las ciencias, las humanidades y la tecnología. Superar el modelo napoleónico  de carácter profesionalizante, tal y como se ha hecho en otras partes del mundo. Por ejemplo, es necesario crear  otras facultades  tal como la de  Ciencias Sociales que debería tener un mayor acercamiento con  el conocimiento profundo  de la dinámica social del país y del mundo. Unidad que asumiría bajo el parámetro de la pertinencia,  un rol destacado en el análisis  de los problemas sociohistóricos.

Asimismo, se debe crear la Facultad  de Ciencias de la Educación  para emprender responsabilidades ausentes, como la investigación educativa y la formación con calidad de los docentes a fin de mejorar  el sistema educativo. Esta unidad se convertiría en la impronta nacional en el sentido de asumir la responsabilidad de sugerir aportes sustantivos para  la educación. Por otro lado,  se impone la necesidad de  fortalecer  la Facultad de Humanidades en el entendido que ésta atienda la visión humanística de la universidad: filosofía, letras,  idiomas y  arte. En el mismo sentido se asumiría la enseñanza de las ciencias básicas desde  las unidades que tienen esta especialidad. Matemáticas y física desde la  Facultad de Ingenieria. Biología y  química desde la facultad de farmacia y como hilo central la innovación tecnológica para estar a la altura de los tiempos.  La columna vertebral de esta nueva organización, debe sustentarse en el principio de  departamentalización a fin de alimentar  a toda la Usac desde los conocimientos  pertinentes de cada unidad.

Otro cambio necesario, consiste en crear la Vicerrectoría Académica que articule la docencia, la investigación y la extensión; la Vicerrectoría Administrativa y la de Vida Estudiantil en virtud de atender a miles de estudiantes en el ámbito de la salud, la cultura, el arte, el deporte. Esto le daría a la Usac un nuevo aliento para convertirla en un centro de educación  que merece la sociedad guatemalteca,  con calidad,  pertinencia, cobertura y equidad.