Columnas

Privatización del IGSS

Últimamente se habla de la privatización de las pensiones del IGSS, siguiendo el perverso modelo implementado en Chile bajo la dictadura de Augusto Pinochet. En democracia, ni siquiera en Costa Rica, más conservador en cuanto a resistencia organizada de la población, han tenido éxito las presiones para privatizar el Seguro Social. En ese país, inteligente en tampoco unirse al Parlamento Centroamericano, la seguridad social fue una gran conquista. Si por algo se unen los costarricenses es por defender este régimen, uno de los más exitosos de América Latina

Desde 1974, la CCSS administra un régimen no contributivo de pensiones. Los beneficios de este régimen se otorgan a personas adultas mayores, personas inválidas, viudas desamparadas, menores huérfanos e indigentes, que por razones bien fundamentadas se les imposibilita incorporarse a un trabajo remunerado y su condición económica no les permita satisfacer las necesidades básicas de subsistencia. En Costa Rica no son los hospitales privados los que cuentan con los mejores equipos médicos, sino la caja del seguro.

El de México es otro buen ejemplo, también creado a principios de 1940.

El Seguro Social de Guatemala es una conquista de la Revolución de 1944.  El artículo 63 de la Constitución vigente en 1945, decía: “Se establece el seguro social obligatorio. La ley regulará sus alcances, extensión y la forma en que debe ser puesto en vigor. Comprenderá por lo menos seguros contra la invalidez, vejez, muerte, enfermedad y accidentes de trabajo. Al pago de la prima del seguro contribuirán los patronos, los obreros y el Estado”.

Se argumenta que el IGSS es un fracaso. Efectivamente, los servicios del Seguro Social son ineficientes, a causa de malas administraciones, la corrupción y la falta de sensibilidad social de las autoridades. ¿Qué tan imposible es que un servicio médico-hospitalario sea funcional, eficiente, rápido, mínimamente humanizado y con medicamentos básicos?

Por supuesto, no todo es malo. Pero, ¿no podría ser el IGSS ser más eficiente? En México funciona el sistema de médico familiar y las citas se piden por teléfono. Las citas son puntualísimas. ¿Por qué el IGSS, con tanto dinero en los bancos, no produce medicamentos genéricos sino que tiene que caer con las grandes empresas hasta por unas aspirinas o un jarabe para la tos?

La salud es un bien público. Significa que el Estado debe fomentar un verdadero y amplio sistema de salud, previsión y seguridad social. Para cumplir este precepto el IGSS debe ser una institución libre de corrupción, eficiente, con amplia cobertura y coordinada con el sector público.

La privatización de las pensiones es un chantaje. No es casualidad que el viaje de un grupo de diputados a Chile haya sido pagado por empresas privadas, una acción típica de tráfico de influencias para conseguir un propósito legislativo. Nada más y nada menos que vulnerar una conquista social que beneficia a un millón 300 mil afiliados. Con diputados así no necesitamos a Pinochet.