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Hoy Necesito

El día empezó de la manera habitual, en la casa todo era prisas para no llegar tarde al colegio y al trabajo; yo como de costumbre me tomaba todo con calma porque me había anticipado a las actividades del día y tenía todo preparado. Salí de la casa para dirigirme al trabajo y todo transcurría normalmente, llegué a la oficina y me preparé para empezar la jornada, de repente, sin previo aviso,  vinieron pensamientos tristes y devastadores que ensombrecieron la alegría y borraron la sonrisa de mi rostro; como me sucede algunas veces la ceguera me apretó el alma y me turbó la mente, la necesidad de ver colores y formas, la monotonía de la oscuridad y la escasez de luz provocaron que el dique que contenía las lágrimas se rompiera en mil pedazos, no lo pude evitar y no quise frenar el sentimiento que en ese momento me abrumaba. Pasaron unos segundos, en los cuales me sentí frágil, frustrado y perdido, este sentimiento me hizo tambalear pero me ayudó a recordar que soy un ser humano, no soy de acero inoxidable o de titanio, estoy hecho de carne, hueso y sentimientos, así que me permití sentir y expresar el dolor, pasé por un período de duelo que duró menos que un suspiro porque así de inesperados como llegaron los pensamientos negativos, así se fueron transformando en alegrías y sonrisas al recordar las innumerables satisfacciones y los logros obtenidos a pesar de todo. Este breve episodio me sirvió para comprender que los ojos necesitan ser limpiados por las lágrimas para poder ver la vida con más claridad y en todo su esplendor, además es cierto que las lágrimas no siempre representan dolor, derrota o tristeza, pueden ser la señal de que vienen muchas victorias y te estás preparando para aprovecharlas al máximo, lo importante es salir cuanto antes del duelo y sumergirse de nuevo en la vida con actitud positiva, esforzándose por hacer que la felicidad vaya como la luz de la aurora que va de aumento en aumento hasta que el día es perfecto. Aún así, hoy necesito una palabra de aliento, un fuerte abrazo y una sonrisa que me ayude a derribar muros y a construir puentes, que me motive a nunca detenerme y a nunca conformarme hasta que lo bueno sea mejor y lo mejor excelente.