Columnas

Cambio climático

En  2016 está a punto de convertirse en el año más caluroso de la Tierra en los 137 años de registro de la temperatura, tema central de la discusión que se lleva a cabo en las cumbres del cambio climático, la primera, celebrada en París, el año pasado, y la última en Marruecos, apenas la semana pasada. “Hay que actuar a prisa. Somos la última generaciòn que puede luchar contra el cambio climático”, dijo el marroquí Abdelalim Lhafi al abrir el evento, en el que Guatemala tuvo una destacada participación a través de la delegación encabezada por el ministro de Ambiente y Recursos Naturales, Sidney Samuels.

Por cierto, en la cumbre de Marrakech, Samuels fue electo en la presidencia de dos altos organismos: la Asociación Independiente de América Latina y el Caribe y la Red Internacional de Organismos de Cuenca. Los 192 países tienen como objetivo que el aumento medio de la temperatura en el año 2100 no sobrepase los dos grados. Sin embargo, implica que cada país ponga en marcha una serie de acciones encaminadas a contener el impacto del cambio climático alrededor del mundo.  La organización Germanwatch presentó el Índice de Riesgo Climático Global, 2017,  reporte que incluye un análisis del impacto ocasionado durante los 20 años del período 1996-2015. De acuerdo con el informe, Guatemala está entre los 10 países más afectados, además de Honduras, Myanmar, Haití, Nicaragua, Filipinas, Bangladesh, Pakistán, Vietnam y Tailandia.

«Gracias al Ministro Samuels y su equipo de trabajo, Guatemala cuenta con un plan de acción nacional de cambio climático.»

Gracias a la visión del ministro Samuels y su equipo de trabajo, Guatemala cuenta con un Plan de Acción Nacional de Cambio Climático que tiene como principal objetivo reducir la vulnerabilidad del país ante los desastres naturales, el cual fue presentado en el marco de la cumbre de Marruecos. Si no se adoptan medidas en conjunto, se calcula que la temperatura subirá 4.8 grados para el 2100. Para darnos una idea, los bosques de las faldas del volcán de Agua por el lado de Palín, Escuintla, contribuyen a evitar que la temperatura de la Costa Sur suba un grado. Por el contrario, las quemas de caña de azucar, la aumentan. Ríos limpios, plantas residuales, reforestación, regulación del uso del agua, sostenibilidad alimentaria, gestión ambiental local y municipal, todo importa. Todos los esfuerzos ayudan al país y al planeta.

Uno de los objetivos del Plan de Acciòn es incrementar la capacidad de la atención y prevención del sistema de salud ante la variabilidad y cambio climático, que se propone fortalecer el primero y segundo nivel de atención. El incremento en la producción de alimentos, con el fin de reducir la vulnerabilidad de las familias afectadas por el cambio climático, es otro gran objetivo. Con el plan se busca mejorar y construir infraestructura de saneamiento básico y estratégico; escuelas, carreteras, puentes y hospitales. Lo importante es poner en práctica las medidas. Si el país no asume un compromiso práctico, de cumplimiento, de nada servirá. Por ahora, es muy positivo el refrescamiento que ha tenido el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales.