Columnas

La Tragedia del Acatenango

Subir al volcán de Acatenango no volverá a ser lo mismo que antes. El fin de semana pasado fallecieron seis excursionistas que lo habían escalado el sábado y pernoctado en la cima del mismo. La razón fue por hipotermia. Y es que en esta época las temperaturas en la cima de los volcanes de Guatemala descienden bajo cero. Si a esto le sumamos el factor viento el enfriamiento es terrible para quienes no van suficientemente preparados con buen equipo y abrigos que les permita mantener su cuerpo a una adecuada temperatura.

El Insivumeh (Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología) había estado advirtiendo que justo se esperaba una de las olas de frío más intensas para ese fin de semana. La noticia aparecía en todos los medios digitales y en los periódicos. Las advertencias para abrigarse bien en estos días parecían exageradas por momentos. Quienes subieron al volcán se confiaron y creyeron que sus vestimentas y equipos serían suficientes. No lo fueron. Se encontraron con un clima sumamente hostil, con vientos fuertes, agua y una temperatura que ya sumado el factor viento se sentía como a -15 grados Centígrados.

Lo que pasó, ya pasó y nada se puede hacer para que estos jóvenes que fallecieron puedan revivir pero sí creo que debemos aprender todos de esta tragedia para que no vuelva a ocurrir. Y la lección es que debemos entender y respetar cualquier actividad que hagamos al aire libre con la naturaleza preparándonos adecuadamente para disfrutar de la misma. Así como estos muchachos se confiaron al escalar el Acatenango muchos lo han hecho escalando cualquier otro volcán. Ya varios expertos escaladores como Andrea Cardona, Jaime Viñals ya han indicado lo importante de prepararse adecuadamente y hasta llevar un buen guía.

Con el equipo adecuado, estos escaladores han subido picos más altos y en condiciones climatológicas peores. Y han sobrevivido pero también muchos sumamente preparados han fallecido. Por eso lo de tenerle mucho respeto y actuar con prudencia en estos casos. Esa sería la lección no solo para escalar volcanes sino para cualquier actividad similar. Uno de los seis fallecidos era una joven estudiante de la FCE (Facultad de Ciencias Económicas) de la Universidad Francisco Marroquín, Lucía Jhire Sánchez. Era miembro del Programa ITA (Programa de Impulso al Talento Académico) pues por su gran capacidad y talento se había ganado una beca de este programa para estudiar su carrera.

Ella era una excelente estudiante de ingeniería empresarial. Sus notas eran excelentes. Una persona llena de vida que además de sus estudios era deportista, lanzadora de jabalina y velocista, siendo miembro de la Federación Nacional de Atletismo.  También era miembro del grupo Atrévete a compartir en el Centro Universitario Verapaz. Emmely Morales, estudiante de la FCE, comentó: “Lucía Sánchez era una joven brillante y ejemplar, hacer deporte era su gran pasión, fue una excelente estudiante que daba lo mejor de sí misma en cada curso que recibía en la universidad, tenía un gran compromiso con el programa de becas ITA, el cual la movía a ser mejor cada día.

No se detenía ante nada y soñaba con trabajar como CEO en Cementos Progreso, era una buena amiga, confidente e hija de Dios. Su nombre significaba la luz que ilumina la mañana, y ella tuvo la oportunidad de brillar de cada uno de quienes tuvimos la dicha de conocerla.” Guatemala perdió una gran persona y estoy de pesar por ello. Así como ella hay cinco historias más de gente joven, talentosa, deportista, alegre, promesas exitosas que nos harán falta. Que lo ocurrido nos sirva para evitar futuras tragedias. Descansen en paz.