Columnas

¿Obediente o deliberante?

“Yo solo seguía órdenes del presidente”, afirmó la exvicepresidenta Roxana Baldetti, en su declaración vertida en el caso Lago de Amatitlán ante el Juzgado de Mayor Riesgo C. (Siglo.21.02.02.17).

¿Es el Vicepresidente de la República un subordinado del Presidente de la República, y como tal debe acatar sus órdenes? La interrogante (que, motivados por la declaración anterior me han formulado algunos amigos) la responde esta anécdota referida por Juan Francisco Reyes López, Vicepresidente de la República de Guatemala (2000-2004), que nos ahorrará una árida disquisición jurídica.

Con motivo de un programa de Libre Encuentro, Dionisio Gutiérrez, su director, manifestó: “’Qué callado ha estado don Paquito, seguro se debe a que está presente su jefe’. Le respondí: ‘estoy presente con mi compañero de fórmula, no con mi jefe’. La respuesta manifestaba ante la opinión pública, lo que determina la Constitución”. Y abunda en razones diciendo: “La elección es de dos personas: Presidente y Vicepresidente (Art. 184 de la Constitución), el artículo 18 establece los requisitos para optar a los cargos de Presidente y Vicepresidente, requisitos que son idénticos debido a que la falta  temporal o absoluta del Presidente de la República es suplida por el Vicepresidente (Art. 189)”. Y más aún, puntualiza que la Constituyente de 1985 “con clara visión democrática de pesos y contrapesos” instituyó “que la Presidencia debe ser un órgano colegiado” y, consecuentemente, “que las personas que ocupan dichos cargos deben comprender su responsabilidad, y ante todo su obligación de ser complementarios, mermando el personalismo y la concentración de poder. […] la coordinación y complementariedad del uno para el otro serán determinantes para el éxito o fracaso de su gobierno”.  (Opiniones 2006, Guatemala, s.f., página 147).

Ninguna disposición de nuestro ordenamiento constitucional –y mucho menos del ordenamiento jurídico sub constitucional—establece la subordinación jerárquica del Vicepresidente ante el Presidente de la República de Guatemala; y más aún, opino que al entregar voluntariamente el vicepresidente su posición jurídica delinque por incumplir su función.