Columnas

Cuestión de actitud

Por: Alejandro Palmieri Waelti

Escuchamos por ahí que la actitud -más que la aptitud o conocimiento- es lo que conduce al éxito.  Frases como esa salen en esos libritos de autoayuda que se encuentran en las cajas de los supermercados.  Ciertamente, la disp osición que uno tiene hacia las vicisitudes de la vida determina cuán fácil o difícil es resolver los problemas.  Una actitud positiva puede, por supuesto, ayudar muchísimo. No sé si Coelho, Osho o Chopra hayan dicho algo similar, pero ustedes me entienden.

En relación al latrocinio de Pérez Molina, Baldetti Elías y compañía, si no hubiesen exhibido con opulencia los frutos de su corrupción, o si Baldetti no hubiese sido tan chocarrera ¿el rechazo popular hubiese sido igual?  Casos ha habido, lamentablemente, en casi todos los gobiernos, pero la corrupción del gobierno del PP definitivamente colmó el vaso más allá del monto -que no es poca cosa- por la actitud en el poder de esos ex funcionarios.  Así, las pesquisas del MP/CICIG encontraron harto eco en la población.  La despreciable actitud que asumieron aquellos ex funcionarios terminó trayéndolos al traste (al bote, más bien).  Esa es una lección que toda persona pública debe aprender.  Nadie es monedita de oro, pero con buena actitud se consigue más.

Nadie puede estar en contra de la lucha anticorrupción, salvo los afectados claro está, pero la actitud de algunos cancerberos legales es malsana.  El Comisionado Velásquez no viene a Guatemala a caerle bien a nadie, pero tiene que respetar la dignidad de los guatemaltecos, inclusive la de los que acusa la CICIG, pues solo son sindicados que no han sido vencidos en juicio.  Creo que debería entender que se agradece su esfuerzo, pero que cada vez más, su “estilo” está cayendo mal.  La frase: “en política las formas son el fondo” viene muy bien al caso.  La propia CICIG ha dicho que no se litiga en los medios, sino en tribunales.  Viendo sus constantes apariciones en todos los medios, pareciera émulo de Trump contradiciéndose a sí mismo.

Hay también otros funcionarios extranjeros que porque dan unos lenes de cooperación se creen con derecho de dictar en nuestro país.  Independientemente que ha habido políticos que han hecho que no se nos vea de lo mejor, una cosa son ellos y otra cosa es el pueblo y la nación; a la dignidad de estos es que esos extranjeros deben respeto, o cuando menos guardar las formas.  Da envidia México que ante la más mínima afrenta de un extranjero le aplican el consabido artículo 33 constitucional y lo expulsan del territorio. 

Guatemala es un país que abre sus puertas a los amigos extranjeros. Agradecemos la ayuda que nos brindan y el apoyo a nuestros esfuerzos por conseguir una sociedad igualitaria, así como una justicia pronta y cumplida pero una cosa es Juan Domínguez y otra no me chingues.  Respeto quiere respeto, y si alguien no respeta la dignidad nacional o a nuestras instituciones tenemos harto derecho en irrespetar a los irrespetuosos.  Cuestión de actitud, que le dicen. 

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