Mirilla indiscretaNacionales

Edmundo Deantés (D. R.)

Con la velocidad de un tiempo que nos rebasa, sin ponerle mucha atención, la Semana Santa ya no forma parte de nuestra memoria cercana. Una semana es suficiente para darnos cuenta que existimos, tratando de alcanzar el minuto que nos antecede y que de repente ya forma parte de nuestro pasado sin haber reparado que nuestra vida transcurrió en el vano intento de vivirlo y si no fuera porque nuestro corazón sigue latiendo, no tendríamos conciencia que poco pudimos influir en ese instante que pasó sin siquiera enterarnos.

Desde luego, esta conciencia de la realidad está muy alejada de la prédica cotidiana que de distintas maneras nos señala que somos dueños de nuestro propio destino y que en variados mensajes motivacionales nos ponen a girar en la tómbola de oportunidades, que si nos deja, y no somos la bolita premiada y le toca  a alguien más, es por la ausencia, según nos enseñan, de ese espíritu batallador y de constancia irreductible que premia al audaz y margina al débil.

Sin embargo, no obstante, este mundo está orientado de manera permanente al consuelo de los marginados, y reivindicación de la pobreza, el hambre y la suma de cientos de carencias que afligen a la humanidad, la presión sobre el éxito como signo de identidad, nos deprime al no formar parte de los ganadores y seguramente, las grandes mayorías de la población se enteran como masa que adolecen de esas facultades que magnifiquen su fortaleza y desvanezca sus limitaciones.

Conclusión del todo injusta, porque como bien decía el filósofo español don José Ortega y Gasset: ¨Yo soy yo y mis circunstancias¨ y partiendo de esa reflexión yo le digo don Edmundo ¨El guatemalteco no es pobre, lo tienen pobre¨

Somos finalmente los que nos permiten las circunstancias… ¡Y vaya circunstancias las que han rodeado la vida de los guatemaltecos… don Edmundo!- redondeó su reflexión con un dejo de autoridad y sabiduría.

Este hombre, a quién busco siempre que se me nubla el entendimiento y necesito reflexionar, para encontrarle una razón de ser a esta vorágine de un entorno endiabladamente complejo y cambiante, siempre me desconcierta. Lo busco para que me explique realidades concretas, más cerca del pensamiento profano y sencillo de la gente y él siempre me responde, desplegando escenarios que en la prisa de buscar respuestas, me retan a pensar y eso de alguna manera me molesta.

Pensar -don Edmundo- continuó como adivinando la fuga de ideas que atravesó mi mente- es un ejercicio obligado si quiere salir del fango de la necedad, la estupidez, el fanatismo y todos esos vicios que instalamos en nuestra conciencia emocional y nos llevan a empujar en la dirección equivocada- certificó su aseveración.

El tiempo y el pensamiento, debieran ser nuestros mejores aliados, y no nos lo permiten don Edmundo- continuó

El tiempo nos lo consume por completo la supervivencia, la búsqueda del panito diario, los centavos que nos permitan sobrevivir ya que vivir mi querido amigo, es un lujo reservado para quienes tienen la comida segura. Y el pensamiento, nos lo contaminan y roban aquellos que disponen del tiempo, el pensamiento, los recursos y la consigna para poder hacerlo.

¿Descansó y pensó durante la Semana Santa, don Edmundo? -Preguntó y se respondió al mismo tiempo- Seguramente el tiempo se le hizo corto para disfrutar y gozar de distintas maneras, pero se le fue sin sentirlo…y ¿pensó don Edmundo? –insistió-… ¡claro que sí¡… seguramente en que gastar el tiempo y lo más seguro… mi querido amigo… es que lo pensaron por usted- concluyó lapidario.

-Ofertas, halagos a su espíritu pagano o religioso, aturdieron su capacidad de decidir por cuenta propia… Es cuestión de meterse la mano en el bolsillo y escoger. Siempre otros, pensando por nosotros para robarnos nuestro tiempo y evitar que practiquemos el extraño hábito de pensar.

En este mundo encogido, como usted lo llama,  repentinamente, minúsculo como lo llamaría yo don Edmundo, en lo que nuestra gente devotamente asistía a sus tradiciones religiosas y otros doraban sus cuerpos y reponían los  líquidos perdidos por el sudor, con bebidas de distinto tipo y calidad… por lo menos hasta la llegada de la horrible goma… En otras latitudes de la tierra los tambores de la guerra surcaban en los mares, explotaban en bombas,  generosas, por no ser nucleares.

En otras, morían cientos de refugiados que montados en buses buscando asilo, se enfrentaban al designio de los terroristas, que ya no hacen diferencia alguna entre niños, mujeres o ancianos en su desalmada escala de antivalores, donde todo ser vivo, es objetivo de Guerra.

Imagino terrible, ser víctima, de las decisiones de líderes poderosos que en despachos blindados, sin la más remota comparación con el resto de los mortales, provocan que los demás,  no puedan planear ni el destino de sus vidas ni la forma de salvarse de morir- resumió la tragedia contemporánea-con marcado pesimismo.

-Ay el tiempo don Edmundo- ese espacio intangible que creemos apresar en relojes y calendarios y que nunca nos permite ni siquiera definirlo, mucho menos conocerlo…es más, ni siquiera lo acumulamos en la memoria histórica del pueblo … por lo que creemos que el tiempo comienza con nosotros mismos- me enredó más el tema.

¿Tanto así don Sabino? – interrumpí a quién le acreditaban una especial sabiduría    e intervine para no sentirme borrado del diálogo que yo mismo busqué con este hombre extraño, que aunque no sea el propósito de mi visita, siempre me obligaba a pensar.

-Sí don Edmundo, respondió. -tanto así- se confirmó en su dicho.

-Pareciera que viviéramos en universos paralelos, al mismo tiempo, pero no el de la teoría cuántica, de dimensiones diferentes. En nuestro caso sería en una sola, la que conocemos, la de tres planos: anchura, altura y profundidad. Es decir, la que percibimos y entendemos sin mayores complicaciones. redondeó la idea.

-Me explico, continuó… -No entiendo, cómo estando en un estado de preguerra planetaria… nosotros propiciemos nuestra propia guerra, nuestra guerrita particular. Ignorando  un riesgo universal, que  de manera cíclica, se repite de manera global, cada 100 años, 1914-1918 la primera, que comienzan como focos aislados, hasta integrar bloques irreconciliables que contagian al resto del mundo,  certificó su opinión.

Semejante remezón, me puso en que pensar, bueno -medité- nuestro ejército, seriamente cuestionado. como parte de las justificaciones, para consolidar la intervención, nos garantiza, que muy poco podría hacer, en una conflagración mundial y eso a la postre parecería una ventaja… con lo que tenemos no podríamos vencer ni a las maras- me autoconsolé con cierto cinismo.

Y entonces pensé, si a la Guerra Fría nos metió nuestro imperio particular, cuál la razón para esa discriminación tan marcada con su mejor aliado local, en aquella época, me pregunté.

Y recordé algunos datos de otros ejércitos en el mundo que me hicieron sentir con mucha más claridad nuestra regateada importancia estratégica y real.

Corea del Sur, a propósito del conflicto insoluble desde finales de la Segunda Guerra Mundial con su contraparte del Norte, ficción geopolítica de otras potencias en defensa de sus intereses estratégicos. Pero veamos su equipamiento, Corea del Sur: 625 mil soldados, con 2,300 tanques, 1,400 aviones, un portaaviones, 15 submarinos, y 33 mil millones de dólares anuales de presupuesto. Turquía: que recién cambió su sistema parlamentario, por uno presidencialista dándole poderes dictatoriales al Presidente Erdogan: 419 mil soldados, 3,700 tanques, 108 aviones, 13 submarinos, 18 mil millones de presupuesto anual. Japón: 250 mil soldados, 678 tanques, 1,590 aviones, 3 portaaviones y 40 mil millones de dólares de presupuesto anual. Y eso que como consecuencia de su derrota en la segunda guerra, solo puede tener fuerzas defensivas. Y para incluir algunos con bombas nucleares, mencionaremos algunos, India: 1,325 mil soldados, en serio, un millón 325 mil hombres en su ejército. 6,464  tanques, 2,086 aviones, 2 portaaviones, 14 submarinos y de 80 a 100 ojivas nucleares (bombas atómicas). China: 2,325 mil soldados, 9,150 tanques, 2,150 aviones, 68 sub-marinos, un portaaviones, 250 ojivas nucleares y 55 mil millones de dólares anuales de presupuesto. Y para no cansarlos. Rusia: 766 mil soldados, 3,547 aviones, un portaaviones. 15,398 carros de combate, 8,484 ojivas nucleares, 46 mil millones de dólares anuales de presupuesto. Y nuestro vecino del norte, el gran imperio, todavía, de esta parte del siglo 21. EE. UU.: 7,506 ojivas nucleares (con dos se rindió el Japón para finalizar la Segunda Guerra mundial) 13,444 aviones, 75 sub-marinos, 19 portaaviones, 8,848 tanques y 581 mil millones de dólares anuales de presupuesto militar.

El presupuesto anual orientado a la guerra o a la paz de menos de los 10 países más poderosos de la Tierra, asciende aproximadamente a 1 millón, 29 mil millones de dólares anuales.

Con esos centavitos seguramente arreglaríamos  los problemas de desarrollo del mundo, sin necesidad de tener que matar a nadie. Pero el planeta y su poderosa industria militar, vive de las guerras y los intereses geopolíticos y  expansionistas de los imperios, aunque los muertos sean gente común y corriente que en nombre de la patria, defiende los dólares del mundo. Desde luego, no pude dejar de meditar, que mil millones de dólares para favorecer el desarrollo de tres países durante cinco años, en cuotas tripartitas y evitar la migración non grata a los intereses estratégicos de la defensa de nuestro casi vecino del norte, pues no hace mucho la diferencia con las condiciones actuales.

Ay -pensé- ¿no les sobrarán unos tres helicópteros para proteger nuestras incendiadas selvas peteneras?… Pero inmediatamente entré en razón y firmemente proclamé… No seas iluso Edmundo. Es más importante la paz mundial. No niego que lo dije con sabor a pólvora en la boca, como el que dejan los cohetillos.

Y  con toda esta confusión, tomé camino rumbo a la oficina de otro amigo, versado en el tema y experto sobre las políticas e intereses del norte en nuestro país.

Muy sobrio en su despacho, intuye cuando lo busco, que voy a explorar con más detalle lo que yo creo que sabe de manera directa, aunque me lo trasmite, como que fuera parte de su análisis personal.

– licenciado Guerrero -le dije una vez instalado en su despacho-, por qué será, que con conflictos globales, nuestro ejército prácticamente se encuentra marginado, de cualquier espacio que lo aliente como aliado. Ni siquiera el fortalecimiento de otros ejércitos centroamericanos, como es el caso de Nicaragua, los hace reflexionar sobre el resto de los ejércitos centroamericanos, en una zona estratégica. Escalafón nulo, equipamiento cero, ni en cuenta para defender la región frente a cualquier eventualidad global -quise explorar su autorizada opinión-, aunque la sola idea de ser parte de cualquier conflicto armado me repugna.

– Hay don Edmundo -me extraña su ingenuidad o falta de información, que en su caso no le luce- me respondió con cierta ironía.

– Le puedo asegurar, comenzó su análisis, -que ni los fondos destinados al Triángulo Norte, serán dispensados, si no certifican, que los actores y las acciones, de quienes ellos consideran partícipes de la corrupción y especialmente el narcotráfico haya llenado sus expectativas de solución.

-Y en ese tema- incluye a elementos que pertenecen o pertenecieron a las fuerzas armadas y a otros sectores. Y ese es un veto de primera magnitud en sus relaciones con nuestra región.

-Pero se supone que ellos cuentan con toda la información, producto de sus propias investigaciones, -pretendí mediar para encontrarle otra explicación-.

-Que va, me contestó. No ven un equipo confiable  todavía, me respondió.  Y  ni la guerra, esa que se da cada 100 años a nivel planetario los hará desistir de sus objetivos…  en tanto, se desarrollan o no, otros  acontecimientos, harán todo lo posible para contar con aliados confiables… Está verde todavía ese tema querido don Edmundo, me recalcó, como para que yo no dudara de la veracidad de sus palabras.

Varios son esos temas don Edmundo: Corrupción, crimen organizado, Migración, trata, terrorismo que incluye la trata y desde luego el Narco tráfico, me confirmó lo que casi todos sabemos.

Pero de cierta manera el rompecabezas, comenzaba a tomar forma en la compleja realidad que se me ponía en frente… Confuso pero claro, al mismo tiempo, pensé, haciéndole caso a don Sabino.

-Pero usted ve- que el equipo que escogieron en Guatemala para esa misión para la que se apuntaron sin condiciones y en total abandono de nuestros principios fundamentales, o al menos históricos, como la soberanía territorial y política, debiera haber sido producto de un acuerdo nacional más amplio y representativo que negociara la intervención con alguna dignidad, licenciado Guerrero, exploré su opinión

-No se olvide que esa situación hizo crisis en el gobierno del Presidente Obama, y ellos buscaron a los que consideraron gente afín a su proyecto ideológico para sustentar todo este maremágnum  en que se transformó Guatemala a partir del 2015 don Edmundo, me confirmó lo que también es sabido por la mayoría de la gente.

-Sin embargo don Edmundo frente a la nueva realidad política del país del norte, los socios locales están acelerando los planes para convencer al nuevo régimen, que ellos deben continuar al frente del proyecto y la aceleración del tiempo los induce a cometer errores.

Las reformas Constitucionales, ya no debieran ser motivo de discordia, porque son inviables y confrontan la armonía social.

  -La dictadura de la Ley, como aspiración suprema de equidad, igualdad y de justicia, no se puede basar en la arbitrariedad.

-Otro error, don Edmundo, aunque moleste insistir en el tema, es la promoción exagerada de los funcionarios afines al proyecto en marcha, en lugar de fortalecer las instituciones-

-La exaltación al ego, es debilidad y no virtud, en quienes reclaman o necesitan ese estímulo para funcionar. El olor a multitudes es demasiado efímero, como para confiarle el futuro-

-Esas lealtades no son duraderas, sirven al poder, nunca al funcionario-

-La percepción de ser infalible es una deformación del buen juicio. Y esa falencia es el camino más corto para la deformación autocrática y agresiva, con un final predecible en el tiempo y en el espacio-

-El abuso del poder, es una fantasía desbocada, sin más freno que la reacción colectiva de sus propias víctimas. Que siempre llega apreciado don Edmundo.

-Ya lo acuñaba aquel sabio consejo de los fundadores del liberalismo puro, hartos del abuso de monarcas y caciques que desacreditaban la moralidad del ejercicio del mando y el desempeño reposado y justo de la Jerarquía. ¨El mejor poder y el más sabio, es aquel que no se siente¨.

-Cuando el poder se siente, digo yo, don Edmundo, es cuando rebasa los derechos de la armónica convivencia, y utiliza la ley, siempre habrá una ley que justifique la ausencia de derecho, como un instrumento de sometimiento discrecional ilegítimo y arbitrario.

-Por eso siento que las cosas cambiarán muy pronto, don Edmundo, los objetivos de seguridad que exige el imperio en defensa de sus legítimos derechos de defensa interna, los podemos conciliar, sin necesidad de atropellar nuestra dignidad.

-No se equivoque don Edmundo, ese acuerdo intersectorial, inclusivo, apolítico desde el punto de sus fines, y democrático desde el ángulo de una participación de todos los sectores, viene en camino por inercia, don Edmundo… No hay otra salida. Y se despidió sonriendo

Después de visitar a don Guerrero, lo entendí más claramente. Cuando se comienzan a notar los errores, inicia el final de la gloria. Y en esas circunstancias, después de 10 millones de muertos en la Primera Guerra Mundial, 40 millones, en la segunda. En ese espacio geomilitar en el que poco podemos hacer. Nuestros amigos del norte terminarán de entender, que las reformas constitucionales no son gratas, que el equipo incondicional, está cometiendo errores difíciles de ignorar. El cambio para la paz social será tarde o temprano inevitable, la coincidencia de problemas que les preocupan a ellos y que comprendemos los demás no debe ser motivo para atropellar el respeto que nuestra dignidad demanda. Y  el acuerdo tiene que ser amplio e inclusivo, sin privilegiar a ningún sector con claros intereses políticos por encima de los demás actores.

Que no queremos una guerrita particular. Con nuestro equipamiento bélico, tan exiguo e inexistente, es preferible asistir al circo de nuestro querido Ricardo Arjona en lugar de matarnos con cascaritas de naranja y hule canche.

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Danilo Roca (Edmundo Deantés)

Jurista, analista político, luchador por la libertad.

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