Columnas

Pan y circo

Bienvenidos todos al circo de nunca acabar. El show de hoy es el mismo de ayer y de siempre, pero es el que funciona y logra vender todos los boletos. “Pan y circo” dirían por ahí. Pensábamos que con una ciudadanía más despierta desde el 2015, cuando se destapó el caso La Línea, todo había cambiado. Algunos decían “Guatemala ya cambió”. Yo siempre fui más afín a pensar que “Guatemala ya despertó”. Guatemala puede cambiar, pero hace falta que todos estemos atentos a lo que está pasando y que no dejemos que cambie, pero para peor.

Para muestra, un botón. El día miércoles de esta semana, nuestros “representantes del pueblo” se lucían elegantemente, Galdámez y Taracena, gritándose oprobios entre narcotraficante y corrupto. Y esto bajo serios ataques y señalamientos que van directo a todos los integrantes de la Directiva de Taracena, acusándolos de la contratación de 1,375 personas sin haber elaborado actas de toma de posesión que las legalizara.

Pan y circo. El tema de las reformas a la Constitución se ha convertido en un show mediático en el Congreso que poco queda para que se convierta en un reality show. En el palco, una clara y confusa ¿prohibición? para que el sector que no promueve las reformas pueda entrar también, tal cual democracia machucada por la mera injerencia. Ese es el palco VIP de los que gritan “sí a las reformas”, estribillos recetados directamente por una CICIG y un MP que pareciera estar muy, muy presionados por un embajador con oscuras intenciones. En este circo aparece un embajador en marchas presionando reformas y lo que le convenga a su agenda, pasándose por el arco de triunfo la Doctrina Monroe, la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas y el Principio de No Intervención. ¿Igual a quién le importa? Si como bien lo dijera, “soberanía es lo último”.

En este circo no puede faltar en el palco de los que llegan a recitar “sí a las reformas”, el Comisionado de la CICIG y la Fiscal del Ministerio Público. Dejando sus tareas por un lado, de lo que en un momento se aplaudió, se han tomado la molestia de involucrarse en asuntos que francamente ¿en qué rayos les compete? Quizá sería prudente imprimirles de nuevo su descripción de puestos. O recordarles de la forma más atenta, el Artículo 381 del Capítulo 1 de los Delitos contra la Constitución, que bien indica que comete violación a la Constitución: “quien ejecutare actos que tiendan directamente a variar, reformar o sustituir, total o parcialmente la Constitución de la República, por medios no autorizados por el ordenamiento constitucional.” Y sigue: “quien ejecutare actos no autorizados por el ordenamiento constitucional que tiendan directamente a limitar o reducir, en todo o en parte, las facultades que la Constitución otorga a los Organismos del Estado”.

Se necesitan reformas a la Constitución, pero este paquete que se presentó debilita el sistema de pesos y contrapesos del Estado de Guatemala. Pero es muy aburrido discutir el tema de forma seria, porque eso no vende: que siga el circo, que sigan las “celebrities” patrocinadas por las barras y las estrellas en el palco con su flor en la mano, que siga el ridículo.