Columnas

Alimentación y educación

Por: Beatriz Villarreal

Dos condiciones básicas que un país necesita para que se defina como tal y pueda existir  adecuadamente son: hacer posible la reproducción de una población sana y educada. Esto requiere   tener asegurada, en primer lugar, la producción  y distribución de  alimentos de calidad que lo hagan posible, pues para poder estudiar, primero hay que comer. Sobre todo para la población de más escasos recursos, que en Guatemala representa más del 50%. No se puede depender de una escasísima ingesta de alimentos de mala calidad o del recibo de alimentos  de  otros países o  instituciones,  como se ha venido haciendo hasta ahora. Para Guatemala la producción alimentaria y la mala educación se convirtieron en dos de sus características esenciales. Una  buena educación y una buena alimentación para la población han sido tareas postergadas históricamente por los sectores productivos y por los gobiernos, y hoy son casi inalcanzables. Y esto  define el futuro del país.

La inexistencia de  planes nacionales para la producción alimentaria y para una buena educación, evidencia  los pobres resultados. Hay  una población incapacitada para trabajar ante la mala calidad de los empleos y los bajos salarios. La producción nacional se reduce a unos pocos productos agrícolas de exportación con escaso  valor agregado, pues sus procesos de industrialización no se hacen aquí, lo que reduce los precios con ganancias  escasas.

¿Qué hacer ante este oscuro panorama?: Primero, exigir  a los partidos políticos y organizaciones locales planes y  programas sobre sus políticas para  resolver esta problemática, así como un cronograma de trabajo  exigente del Ministerio de Agricultura sobre sus prioridades y los resultados que deben de obtener  en el tiempo  que les falta de esta administración gubernamental, en lo que respecta a la producción agrícola destinada a superar el talón de Aquiles del país, como lo es la desnutrición.

Segundo: Elaboración de un plan de trabajo coordinado por el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Educación para echar a andar el Programa de Comedores Escolares en los departamentos  donde los porcentajes de desnutrición infantil, sean más severos. Lo dramático de esta realidad, sucede que en algunas localidades alcanza hasta el  100% de niños desnutridos.

Tercero: Exigir al actual gobierno de la República, que el Ministerio de Educación de resultados en lo referente a la organización de Los Comedores Escolares para dar muestra de alguna capacidad de trabajo que asegure en primer lugar la alimentación de la población estudiantil más pobre, y posteriormente, pensar en promover una educación de calidad.

Cuarto: Exigir al Ministerio de Agricultura  que de cuentas de los resultados que ha obtenido sobre la producción de alimentos en el agro para combatir el hambre y la desnutrición de este país.

Quinto: Hacer de la política alimentaria un proyecto de nación donde participen productores, empresarios, profesionales de las universidades y campesinos junto con el gobierno para los próximos dos años de este gobierno, con un cronograma de trabajo creíble que demuestre capacidad de dirección, acción y producción de resultados. Contrariamente,  serán otros cuatro años  perdidos para Guatemala.