Columnas

Del caótico tráfico citadino

“Tremenda congestión del tránsito… ¿no le parece? …es que encima, ahora barato el combustible, muchos sacan a rodar su carrito viejo, aunque les ande fallando por lo maltratado” Típica expresión del taxista, en la locura de colas vehiculares, en una avenida de la ciudad de Guatemala en hora pico,. Elocuente evidencia del colapso del tránsito, serio problema que no parece tener solución. Aparte la ausencia de enfoques bajo debida metodología técnica, se agregan factores como la inexistencia de vías de acceso, salida, entrada y circulación interna, apropiadas a los actuales niveles del tránsito citadino; sumado a las deficiencias del transporte público, todavía dominado por un sistema de “quinto mundo” y otro modernista pero aun muy chato, tal el TransMetro. Aparte lo chato de este sistema, asoman los factores culturales de los chapines clase media para arriba, quienes “gracias a dios nunca me he encaramado a un bus urbano”. Sumemos la gasolina barata y la consecuente necesidad de “mi propio carro, aunque bien endeudado…”

Se trata de un problema que se replica en toda ciudad populosa, incluso con sistemas más extensos y modernos de transporte público, vías de acceso mejoradas y en mayor disponibilidad. Tres ciudades europeas, Londres, Estocolmo y Milán, han sido objeto de un interesante estudio comparativo, sobre la fijación de cargos a los usuarios de las vías urbanas (“Urban Road Pricing: A Comparative Study on the Experiences of London,Stockholm and Milan”, IEFE, Milano, Feb. 2016).

El colapso del tránsito, serio problema sin solución

Los autores, Edoardo Croci y Aldo Ravazzi , Universidad Bocconi de Milán y Ministerio Italiano del Ambiente, Roma, inician con argumentos de base, que transcribimos a continuación, como para ponernos a pensar a este respecto, ojalá junto con la correspondientes autoridades ambientales y de Tu Muni de la ciudad de Guatemala:

“Los esquemas de cargos sobre el uso de las vías urbanas, han sido diseñados de manera de reducir las externalidades generadas por el tráfico. Los principales impactos incluyen, pérdidas de tiempo por el congestionamiento, contaminación ambiental, ruido, costo de daños al pavimento y las vías, incremento del riesgo de accidentes, alto consumo de combustibles, deterioro de la calidad de vida.

La evaluación comparativa de la experiencia al implementar el esquema, en Londres a partir del 2003, en Estocolmo, 2007 y Milán en 2008, anota logros en la reducción del congestionamiento, los accidentes y las emisiones contaminantes; pero el tráfico vehicular privado genera mayor contaminación (sobre una base per cápita) que el transporte público. Resulta evidente que todo usuario vehicular de las vías públicas, impone perjuicios en salud,  ambiente y devaluación de la propiedad a los residentes contiguos.”

El impacto adverso del tráfico, en términos de contaminación ambiental, congestionamientos y retrasos, ruido y accidentes de tránsito, significan para las ciudades europeas, daños económicos anuales de alrededor de 100 millardos de Euros, equivalentes al 1% del PIB de la Unión Europea (Comisión Europea, 2007).

Repasaremos valiosas conclusiones en la próxima entrega.

Otto Rinze de León

Consultor en energía, ambiente y población. A lo largo de su carrera profesional, ha ocupado distintas posiciones de gestión y dirección, en la iniciativa privada, instituciones de gobierno y proyectos de la cooperación internacional. Correo: [email protected]

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