Columnas

Terrorismo en Barcelona

El atentado terrorista en las Ramblas de Barcelona la pasada semana nos ha dejado una imagen espantosa de lo que puede hacer una sola persona dispuesta a matar y morir por una causa.   Una sola persona es capaz de hacer tanto daño sin necesidad de tener armas.  Basta con un automóvil y meterse a atropellar a cuanto transeúnte se encuentre en su camino y nada mejor para ello que lugares tan concurridos y famosos como las Ramblas de Barcelona.   Ya había antecedentes similares en varios lugares también muy visitados en Francia, Alemania y Bélgica.

En la mentalidad del asesino, en este caso, su visión de la religión le hace creer que todos los que no siguen “su religión” son infieles que deben morir.  Y matarlos no es pecado ni nada malo, al contrario, les hace ganarse a “su dios”. También a la familia del asesino se le recompensa.

Pero es obvio que sólo un fanatismo religioso es capaz de sembrar toda clase de pensamiento contra la naturaleza del ser humano en mentes estrechas y jóvenes haciéndolas ver como buenas ante los ojos de “su dios”.   No es normal que el ser humano quiera matar a otros porque sí.  El ser humano nace con el instinto de sobrevivir y ha logrado a través de la cooperación voluntaria hacer que la vida sea más larga y con mejor salud.  Esto del terrorismo es un pensamiento distorsionado que ocurre con los fanatismos ya sean religiosos o ideológicos.

Lo terrible de la situación es que actúan tal como lo hicieron las guerrillas en Guatemala, escondiéndose entre la gente y haciéndose pasar por personas normales, buenas, de buena voluntad.  Combatir este terrorismo es muy difícil porque no sabes contra quién luchas y en cualquier momento te puede aparecer un fanático de estos asesinando gente inocente sin importar quiénes son ni su edad.

En el caso de las Ramblas se armó una interesante polémica.  Ya había advertencias y se había recomendado colocar bolardos en las entradas.  La alcaldesa tomó la decisión de no colocarlos.  Lo cierto es que con los bolardos esa furgoneta que arrolló a más de cien personas matando a 15 y dejando graves heridos que aún están en el hospital, no hubiera podido entrar a las Ramblas.  Es posible que hubiera ido a otro sitio.  Tal vez hubiera atentado de otra forma.  Pero al menos se hubiera evitado esta.  Creo que la irresponsabilidad de no protegerte más cuando estás amenazado es clara.  No digo que no puedas protegerte contra todo, pero si ante graves amenazas que te han sido advertidas con anticipación.  Los ladrones prefieren entrar a las casas menos vigiladas y no a las que tienen cámaras y mayor seguridad perimetral.

El atentado en las Ramblas de Barcelona nos recuerda que este terrorismo es mundial y que puede ocurrir en cualquier parte del mundo.  Algunos tratarán de justificarlo.  Otros se quedarán callados ignorando lo ocurrido porque simpatizan con algunas de las ideas contra occidente que repiten sin cesar todos los fracasados de este mundo.  Pero no, quienes callan se vuelven de alguna manera cómplices de estos actos.  Hay que estar firmes contra el terrorismo en cualquier forma que este se presente.

No se puede explicar el terrorismo bajo ningún punto de vista.  Matar víctimas inocentes no tiene la más mínima justificación.  Es una cobardía.  No tiene nada de heroico.  Puedo entender la lucha entre ejércitos, entre soldados y entre contrincantes armados que saben quiénes son y contra quienes luchan.  Pero no matar por matar despreciando la vida de los demás y ocultándose entre la misma población.  Yo creo que debemos ser intolerantes con los terroristas.  No hay “dios” o “ideología” que los justifique.  tentado terrorista