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Petróleos mexicanos y la apuesta por la reanimación

Petróleos Mexicanos (PEMEX) anunció con bombos y platillos el hallazgo de un nuevo yacimiento terrestre de petróleo y gas de alto valor económico, próximo a la localidad de Cosamaloapan, en el estado costero de Veracruz. Para los directivos de la empresa estatal del país norteño, la explotación de esta nueva reserva en el corto plazo pudiera contribuir a dar el giro necesario luego de años de declive.

Cálculos realizados  dan cuenta de al menos 350 millones de barriles de crudo equivalente en el área, muy cercana a la infraestructura para la producción y transportación. Esto obra como una gran ventaja para quienes están empeñados en revertir la tendencia negativa que, hasta el mes de julio implicó la producción promedio por debajo de dos millones de barriles diarios, su nivel más bajo en 22 años.

HISTORIA

Durante los últimos siglos México destacó en el concierto de naciones poseedoras de grandes reservas de petróleo, por una política estatal encaminada a sacar el máximo beneficio de los vastos yacimientos naturales que confluyen en su territorio. De tal suerte, la industria logró expandirse considerablemente y llegó a representar uno de los principales renglones de ingresos económicos para la nación.

Empero, desde el 2004 el mercado petrolero internacional enfrentó una serie de circunstancias que ocasionaron una alta volatilidad en los precios del petróleo. De ello no logró sustraerse la industria mexicana, que también fue impactada por la devaluación del peso a raíz de la fuga de capitales experimentada por la economía nacional en el último año del sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

La acumulación de una deuda a corto plazo gigantesca, de 30 mil millones de dólares en tesobonos, motivó la firma de varios préstamos de emergencia con el Fondo de Estabilización Monetario de los Estados Unidos, por 14 mil millones de dólares; y con el Fondo Monetario Internacional, por 17 mil millones de dólares. En ambos contratos, los recursos de Pemex fueron puestos como garantía a disposición de los prestamistas y con ellos se liquidaron las deudas.

No obstante, informes de la Secretaría de Hacienda muestran que en los primeros dos meses de 2012, los ingresos por exportación de crudo ascendieron a los 7 mil 846 millones de dólares. Mas, la Agencia Internacional de Energía (EIA, por su sigla en inglés) prevé que la producción de hidrocarburos continuará en descenso al menos durante 2018.

El deterioro pudiera detenerse más adelante por los nuevos desarrollos en campos petroleros costa afuera, principalmente en aguas profundas, donde están en curso licitaciones para 10 contratos de licencia y un farmout, para encontrarle un socio a Pemex, a juicio de los especialistas de la EIA. Estos manejan dos escenarios posibles: la perspectiva tras las posibilidades de la reforma energética y las que derivarían de no realizarse los cambios legales.

En todo caso, el sector energético mexicano requerirá de una inversión anual de 40,000 millones de dólares en los próximos 25 años para satisfacer la demanda al crecimiento sostenido del país. Sin embargo, el presupuesto fijado para Pemex y para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) equivale en conjunto poco más de 36,000 millones de dólares, lo cual inclina a pensar que la reforma es la única vía para satisfacer las necesidades energéticas del país.

Con información de AP y del Centro de Investigaciones Históricas de El Colegio de México

Redacción

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