Editoriales

El diversionismo y el divisionismo

El diversionismo se plantea que es la acción de «apartar, desviar, alejar, entretener, recrear. Llamar la atención del enemigo a varias partes para dividir sus fuerzas.»

En relación con el divisionismo, se considera la acción de: «Partir, separar en partes una cosa o una cantidad. Distribuir, repartir entre varios. Separar un conjunto de personas o cosas en grupos, clases, etc. Levantar discordia entre dos o más personas; desunir los ánimos y voluntades. Separarse de la compañía o amistad.

Existe cierta diferencia entre diversionismo y divisionismo, pero lo que se puede asegurar es que forman parte de las acciones que realiza el enemigo para tratar de dañar a un país determinado.

El diversionismo está más cercano a intentar la introducción de una ideología, valores o forma de vida que trata de alterar el ritmo de vida de un país. Ataca las tradiciones nacionales, lucha por imponer las propias.

Es una acción encaminada a crear un clima que afecte la normalidad de la vida diaria del país, de sus propósitos y objetivos. Promover desorden, perturbación e indisciplina.

Dentro de las acciones que promueve el diversionismo está el apartarse de la actividad laboral, promover el desorden y la ineficiencia. Introducir papeleo y burocratismo. Perturbar la vida de los conciudadanos. Crear malestar e incomodidad que se convierta en inconformidad. Instaurar la indisciplina social, la protesta sistemática y permanente, con justificación o sin ella. Destruir la propiedad. La excentricidad desmedida. Violar leyes y costumbres de nuestra sociedad e introducir las propias. Negar nuestra historia y tergiversarla. Fomentar la ineficiencia productiva, despilfarro, robo, fraude, la falta de respeto, el escándalo, la droga y el alcoholismo. Crear irritación y malestar en el pueblo.

El divisionismo está fomentado por acciones con las cuales se intenta dividir a nuestro pueblo, crear discordia entre nuestra ciudadanía.

Últimamente en este bello país, después del conflicto armado interno, se han venido sucediendo muchas actividades tendentes a la desestabilización, por la lucha de poder e intereses mezquinos, internos o externos de los grupos de presión o politicastros que los encabezan, sin considerar que la población se está cansando de sus jugarretas y ya inician nuevamente y con mayor auge, los linchamientos y la toma de la justicia por mano propia.

El caso es que los guatemaltecos están hartos de mentiras, discordias y la búsqueda del odio y el divisionismo o diversionismo que utilizan los malos hijos de la patria para alcanzar sus objetivos de poder, al no lograrlo por la vía democrática del voto.

Para colmo de los hechos, contamos con elementos que se prestan a lograr el divisionismo y desestabilización de los guatemaltecos, al tener copado el sistema de persecución penal, la Corte de Constitucionalidad y la institución del Procurador de los Derechos Humanos, que únicamente defiende a los delincuentes olvidándose del ciudadano común y corriente.

Por si fuera poco, tenemos la intervención de una institución del sistema de Naciones Unidas, que se ha dedicado al show mediático y ha abandonado los objetivos para los cuales fue creada, sin haber dado a la fecha NINGÚN resultado concreto de su gestión, más que un exagerado gasto.

¿Hasta cuándo, Guatemala aguantará toda esta debacle?

Por una nación libre, justa y solidaria.