Columnas

El contrabando es corrupción

Según el DLE, corrupción es la acción y efecto de corromper y corromperse. En Guatemala tenemos claro que muchos de nuestros funcionarios a lo largo de la historia han podido situarse en ese supuesto; recientemente hemos tenido patentes varios ejemplos, sobre todo por lo mediático de los casos. Claro está, también han caído en esa práctica muchos particulares que han sido la contraparte de esos funcionarios corruptos. Pero lo que no sé es si usted, querido lector, está consiente que corrupción no es solo esa práctica tan ligada política en el imaginario popular; corrupción también es corromperse ¡Y vaya si no hay en nuestra vida diaria formas de corromperse!

¿Usted que viaja en vehículo, siempre usa el cinturón de seguridad? ¿Alguna vez se ha metido en contra de la vía porque es solo un pedacito, o tal vez ha rebasado por el lado derecho? Puede ser que alguna vez haya querido adelantar su posición en el tránsito rebasando por un carril que eventualmente lo obligará a reincorporarse y aunque usted avanzó, perjudicó a los demás causando congestión.

No solo en la falta de vialidad podemos corrompernos, ¿Alguna vez se ha aprovechado de un precio mal puesto en una tienda y, a sabiendas, ha pagado menos de lo que corresponde? ¿Ha pagado por un lugar en una cola, digamos, en migración? ¿Ha comprado películas piratas? ¡A que sí!  

Aunque la lista es larga, lo quiero dejar con una última pregunta: ¿Alguna vez ha comprado productos de contrabando?  El contrabando, según estimaciones, golpeará a la economía nacional en unos Q16 mil millones este año.  Son cifras que  se pelean el primer lugar con la corrupción que usted y que yo escuchamos en las noticias todo el tiempo y que la CICIG y MP persiguen incansablemente.  Cuando los guatemaltecos compran cervezas o gaseosas, huevos, comida, cigarros o cualquier otro producto que ingresa al país sin pagar los impuestos correspondientes, no se está afectando solamente la ganancia del industrial, agricultor o ganadero que con esfuerzo produce en Guatemala, se afecta la economía nacional en más de una forma; el impago de impuesto de importación sumado al impago de impuesto al valor agregado -porque si ingresó sin pagar, es muy probable que no emitan factura cuando lo vendan- roba al país y sus habitantes los recursos necesarios para más y mejores escuelas u hospitales, por ejemplo. Además, si la industria chapina no puede vender sus productos por culpa del contrabando, seguramente despedirá empleados y esas familias no tendrán ese ingreso.  El contrabando es corrupción, así de simple.  Y lamento decirle que el corrupto no es solamente el funcionario de aduanas que dejó pasar el contrabando, o el comerciante que lucra con ese producto contrabandeado; ¡El que compra el producto también es corrupto! (Si tiene duda véase nuevamente la definición del DLE)

Algunos dirán que también hay muchos que dependen de ese “comercio informal” y es cierto. Ante ello, solamente se puede responder que también las familias de los funcionarios corruptos dependen de esa corrupción. ¿A que así no le gustó el argumento?

El emprendimiento de guatemaltecos valientes que se animan a invertir y producir en Guatemala genera empleo, de ese que genera a su vez oportunidades para cientos de familias; el contrabando le impide -o limita- al emprendedor esa posibilidad y esas familias se quedarán chiflando en la loma, como se dice popularmente.

La próxima vez que usted se diga a si mismo que apoya la lucha contra la corrupción y que tenga la convicción que todos los corruptos deben estar presos y al llegar a su casa se ponga a ver una película pirata tomándose una cerveza que compró donde no le dieron factura, levántese y mírese al espejo, porque ese exdiputado o ese exministro que ahora está preso por corrupto, tal vez, solamente tal vez, empezó consumiendo productos de contrabando.  No sé, tal vez usted también llegue a ser diputado o ministro. Puede ser.  No compre productos de contrabando.  Así de simple. Si lo hace, la próxima vez que vea a un niño en la calle en lugar de estar en la escuela, tenga claro que tal vez, usted es en parte responsable. Feo, ¿verdad?

20170829 Autor de columna