Columnas

El estudio y el desarrollo

Sucede que en amenas pláticas que se dan en el seno de familias de distintas regiones del país, las generaciones adultas generalmente sostienen argumentos de que el estudio es un factor decisivo para el uso de argumentos válidos en busca de vigencia de los derechos individuales.  Dicen las abuelas y los abuelos que ellas y ellos “no tuvieron la oportunidad para asumir de manera adecuada cómo defender sus derechos” por lo que en muchos casos terminaron haciendo trabajos de manera gratuita, forzada, con maltrato y en condiciones poco humanas.  Pero también explican las abuelitas y los abuelitos que cuando buscaban algún trabajo no era nada fácil, puesto que no contaban con alguna competencia especializada.

Se reconoce que en estos tiempos hay oportunidades de estudiar en las aldeas más lejanas y que por lo mismo hay que enviar a las niñas y a niños para que se preparen y puedan vivir en mejores condiciones en el futuro.  Dicen las abuelas “nosotras sí sufrimos porque no nos preparamos” debido a que escaseaban las oportunidades y además el pensamiento de las familias limitaba iniciar alternativas de búsqueda de desarrollo fuera del ámbito familiar porque era mejor tener familia unida aun en condiciones de pobreza.

En la actualidad, las generaciones adultas empiezan a valorar el estudio y por eso hay una inclinación al uso de la formación que se tiene en todos los municipios y comunidades del país. Es de aprovechar y revisar algunos detalles como los siguientes:  de los establecimientos del sector público y del sector privado han egresado muchos jóvenes mujeres y hombres cuya actitud es solamente buscar algún trabajo en relación de dependencia, hay pocos que se atreven a instalar esfuerzos que generen alguna entrada económica para ellos y para otros miembros de la comunidad que pueden trabajar con ellos.  Este hecho complica en el sentido de que encontramos a miles de jóvenes buscando trabajo en un contexto donde escasean las fuentes de trabajo.

Nuestra situación se vuelve compleja al identificar que hay cierto porcentaje de la juventud que ha sido titulado en alguna universidad, pero cuya actitud también se inclina claramente a buscar trabajo en relación de dependencia por el resto de su vida.  Pasan los años y no logra colocarse en un trabajo, entonces el modelo pierde vigencia ante la juventud que sigue tal ejemplo. Será de revisar entre todos lo que está pasando con el impacto del estudio que debería ser para el desarrollo individual y colectivo.

Como madres y padres de familia, es sano separar un tiempo para compartir, analizar, identificar ejemplos y hacer comparaciones sobre hechos que deben servir como contenido de diálogos con las hijas y los hijos en cuanto a la importancia del estudio para lograr el desarrollo personal y el desarrollo profesional cuyos efectos deben ser palpables en mejorar las condiciones de vida.  En distintas partes del país, siempre se encuentra algún ejemplo de jóvenes que con su preparación dan buen ejemplo de emprendimiento al crear un esfuerzo donde trabaja él o ella y todavía da oportunidad de empleo a dos o tres jóvenes más.  Este modelo es importante porque no espera ni busca alguna oportunidad laboral de plena dependencia. Por otra parte, es de reconocer que las familias cuentan con algún tipo de trabajo que debe ser apreciado porque genera lo básico para la sobrevivencia y con algún tipo de atención se puede elevar la producción y estaríamos frente a una familia con todos los recursos para su desarrollo integrado donde participan de manera decisiva mamá, papá, hijas e hijos.

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