Mirilla indiscreta

Una patria sin patria no es patria

Me da mucha tristeza constatar como frente a la evidente crisis de gobernabilidad que sufre el país, se acepte, cada vez con menos arraigo por nuestra identidad nacional, que la solución de los problemas, que nos han implantado como que fueran nuestros en la agenda nacional, no depende de las decisiones soberanas que nos corresponden como república –me expresó de entrada el licenciado Ismael Fajardo dirigente indiscutible de la costa Sur-.

Esa cesión inconsulta de nuestra parte, para que sea usurpada la soberanía –continuó- constituye la confesión más dramática y angustiosa, que de nuevo nos trasladaron el escenario de intereses ajenos… a nuestro territorio y otra vez con indigna docilidad y sin ninguna vergüenza los hicimos nuestros –don Edmundo- transformándolos cínicamente en el motivo, como que fueran el auténtico origen de nuestros desencuentros y pasiones desenfrenadas… -cuando no es así-.

El vergonzoso caso Bitkov, que evidenció ante el mundo, la podredumbre de nuestro sistema de justicia y las consecuencias de haberse rendido incondicional y dolosamente a directrices ajenas a su sagrada misión de impartir justicia trasladó la esperanza para librarnos de esa injerencia extraña, a la Comisión Helsinki, del Senado de los Estados Unidos, para que la salvación venga del norte -acotó con ironía-.

Los derechos humanos de una familia rusa, sometida a tratos infamantes y decisiones judiciales escandalosas por monstruosas –por cierto acotó- similares a las denunciadas como prácticas usuales en contra de ciudadanos guatemaltecos, sometidos a parodias inquisitivas de juicios medioevales -reiteró su indignación-.

Lo terrible del caso Bitkov, es que activó repentinamente, para disminuir daños colaterales para los verdaderos responsables, la comprometida maquinaria de la Corte de Constitucionalidad, para resolver obligadamente un amparo, que después de muchos meses, entrañaba la urgente resolución, que de repente, tuvo que tomar a favor de la familia rusa, para que, en la discusión del caso, en la comisión senatorial estadunidense, el imperio de la ley luciera justo e impecable -aclaró el caso-.

Se les agradece por justa, pero se lamenta el motivó espurio por el que la tomaron tan repentinamente después de haberla tenido durmiendo el sueño de los injustos -ironizó de nuevo-.

En la desesperación y angustia de la violenta disminución de los derechos ciudadanos y su protección jurídica, poco importa de donde venga la solución… pero que venga -resumió la ansiedad-.

La Porción cedida a los Estados Unidos de América es de una dimensión inimaginable en una República establecida en el marco de un Estado de Derecho, que define constitucionalmente la razón de ser de su existencia y la normativa sobre la que descansan sus instituciones- resumió la teoría-.

Pero, este postulado se enfrenta a la política real que sin duda alguna, atenidos a una presencia notoria y reconocida sin sutilezas ni inútiles nacionalismos en todas las esferas de la vida nacional, se concretan cuando le trasladan al Embajador y a los órganos de poder de la potencia hegemónica de nuestra esfera geopolítica… desde las grandes decisiones, como consultar sin derecho a leer, la prórroga de convenios internacionales enajenantes de nuestra soberanía jurídica y política hasta buscar su beneplácito con lo expresado por la comisión Helsinki en el caso Bitkov -puntualizó-.

Cada día más, perdemos el pudor nacional, en la aceptación de decisiones que al parecer ya no tenemos derecho a tomar como una nación soberana- recalcó con pesar-.

Otro grupo beligerante con el suficiente poder como para celebrar la intervención de los órganos de justicia, porque ha favorecido su estrategia política, en una progresiva toma del poder, cercando los Organismos del Estado, con la clara intención de defenestrarlos y sustituirlos al margen de la voluntad popular, se entregan incondicionales al otro actor reacio a respetar la soberanía nacional, refugiado en el corazón del imperio: El edificio de las Naciones Unidas y su ambiciosa burocracia, que sin enfrentar frontalmente al imperio, compite sin ningún complejo ni consideración por adelantar su utopía del Gobierno Universal, al margen y en contradicción con las Potencias, a quienes les disputa hegemonía y decisiones en el marco de la compleja e impredecible política internacional- reflexionó-.

En la esfera de nuestra geografía estratégica, esa peculiar importancia geopolítica nos condenó a un experimento en el que se asociaron esos dos poderes planetarios- planteó su tesis-.

Me referí al Edificio de las Naciones Unidas no a las decisiones de ese órgano universal, debido a que el modelo que nos ata a una extraña dependencia supranacional es un convenio menor, que nunca ha sido aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas- profundizó en el tema-.

Por un lado, Los Estados Unidos de América, marcando límites severos a las acciones de las Naciones Unidas, por su marcada vocación injerencista, desconociendo su papel de servidores de los Estados por el de interventores – continuó el desarrollo de su posición-.

En nuestro caso –lamentó- el experimento guatemalteco (único en el mundo) montándose en la ola universal de combate a la corrupción como antes lo fue contra el comunismo, como nueva cruzada para someter pueblos y gobiernos, utiliza esa filosofía aprobada por esa potencia, además de utilizar sus recursos financieros, para imponer por cuenta propia la sujeción no consentida de socavar, en nuestra experiencia, la soberanía nacional para imponer su verdadera agenda ideológica del gobierno de los funcionarios internacionales- redondeó la idea-.

Solo así se puede explicar, como contradicción, el retiro de los Estados Unidos de la UNESCO. Su amenaza de retirarle los fondos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos por su absurda pretensión de hacer de sus resoluciones, legislación de obligada aplicación supra-constitucional que ha sido rechazada y ridiculizada por los países que la conforman, seguramente con excepción de Guatemala y su acostumbrada sumisión y por otro lado, ante la indignación provocada por el caso Bitkov, impulsar el recorte de los recursos de la oficina que compite con los Estados Unidos por tener mayor hegemonía y poder en Guatemala- cerró el planteamiento-.

La rarísima alianza de quienes se cobijan bajo el alero de las Naciones Unidas en Guatemala, aprovechando la dimensión real del poder desplegado en nuestro país, mediante el control de los órganos del sistema de Justicia y su efecto intimidante y represivo que los coloca con una clara ventaja operativa – casi denunció-.

En su descaro y por consigna, no les importa plantear posiciones antiimperialistas retando a la potencia del norte mientras utilizan sus recursos para sus propios fines y ponen al país en medio de una vorágine en que entregados a las Naciones Unidas, con la plata de los Estados Unidos, le toman el pelo abiertamente al imperio, pero le juran fidelidad. Antes, lo hacían en en privado, ahora ya sin pudor, en tanto se les facilite la toma del poder, en público en impúdica alianza de contrarios oportunistas -señaló-.

En medio de esta tragedia, una población cada vez más activa, desarmando consignas divulgadas por los netcenter y sustituyéndolas con gente real, fortalecen la identidad nacional y creciente preocupación frente a la intervención extranjera… El Ejecutivo reacciona tímidamente, haciendo sentir la legitimidad de su mandato y buscando la forma de recurrir a la Constitución Política de la República para rescatar una fracción de soberanía y gobernabilidad democrática-afirmó con esperanza-.

Abriendo brecha en medio de las dos corrientes avasalladoras de la intervención, una ciudadanía beligerante responde al llamado de la sangre y de la tierra, generando un territorio de dignidad que no puede ser ignorado -recalcó- con evidente hidalguía y en compañía de sus compañeros de brega Marco Tulio Ramírez, Moisés García, Neimeri Morales y otros más que les acompañaron en su afirmación ciudadana. Algunos profesionales universitarios y todos dirigentes populares que constituyen una nueva vanguardia en el interior del país… se retiraron orgullosos de haber compartido esta tribuna.

Corroborar que voces como estas se multiplican en todo el país… me hizo arropar la esperanza que Dios mediante muy pronto… recuperaremos Guatemala.

Danilo Roca (Edmundo Deantés)

Jurista, analista político, luchador por la libertad.

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