Columnas

Inversión que genere trabajo y mejora local

El siguiente texto fue publicado anteriormente en el  año 2013.

¿Sera que ha cambiado la situación ahí tratada, hoy cinco años después?

Electricidad no solamente cara, sino ubicaciones geográficas en donde el suministro eléctrico es irregular, plagado de apagones. La infraestructura en términos de caminos se mejora hoy en el día a día, mas los accesos son tortuosos y remotos en varias de las regiones con potencial productivo. Buena proporción de la mano de obra no es apropiada para asumir empleos que vayan más allá de la categoría jornalero en tareas agrícolas y que en buena medida, es cubierta por personas menores de edad. Como si fuera poco, se manifiesta una conflictividad local de manera sistemática que toma bandera en contra de proyectos de nuevas inversiones, sean estos de apenas incipiente exploración para evaluar factibilidades en generación hidroeléctrica o constatar la existencia de depósitos minerales con potencial comercial. En esto último se maneja la desinformación y se trastruecan las carencias de la pobreza poblacional no atendida, hacia posicionamientos de protesta o agresividad pasiva (bloqueos de calles, caminos y accesos). Tal es la lectura en más de algún reporte de avanzadas de grupos interesados en invertir en la región centroamericana, en lo correspondiente a Guatemala en la actualidad. Y obviamente, lo traducimos fácilmente en cuanto a causas y consecuencias, si vemos que la eventual inversión en por ejemplo, generación de energía eléctrica más barata a base de hidroeléctricas, no es más que un medio para el soporte de otras inversiones realmente productivas, fábricas y procesadoras agroindustriales, ensambladoras, maquiladoras, etc., instancias que sí ocupan mano de obra en buena proporción. Pero que no podrán instalarse si no se cuenta con esa energía a costos competitivos que hagan la inversión en nuestro país más atractiva que en algún otro de la región. Acá está el meollo de la interrelación de los factores, en cuanto a que la inversión es generadora de trabajo, trabajo que proporciona algún grado de bienestar al empleado y a la vez, mejora la economía local. Se debe tratar claro está, de equilibrar esa interrelación, de manera que se asegure la rentabilidad adecuada al inversor pero a la vez que esa presencia de fuentes de trabajo contribuya a reducir, al menos en parte, carencias y demandas de la población, siempre y cuando asimismo, se haga presente el Estado para atender lo que le corresponde, sobre todo en infraestructura, salud, educación y seguridad. Acá el instar a los gobiernos central y local, exigiendo la necesaria presencia del Estado en sí.

Lo de categoría de mano de obra disponible, como se menciona arriba, apunta a la necesidad de más y mejor educación. A la vez, exhibe la pobreza del ingreso familiar que requiere en muchos casos, agregar el trabajo de los infantes. Lo de más educación y trabajo ya es axiomático, pues la calidad de aquella permitirá mejores oportunidades de trabajo para la juventud, esta que hoy por hoy enfrenta solo dos opciones: lograr un empleo decentemente remunerado o el camino de la emigración. Pero hay que reconocer avances valiosos, si bien modestos frente a lo que falta por hacer, no por ello menos significativos, tal la propuesta de GUATEMAYA para desarrollo, trabajo y prosperidad. Sera valioso conocer de los avances de esta organización al día de hoy…

Otto Rinze de León

Consultor en energía, ambiente y población. A lo largo de su carrera profesional, ha ocupado distintas posiciones de gestión y dirección, en la iniciativa privada, instituciones de gobierno y proyectos de la cooperación internacional. Correo: [email protected]

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