Columnas

España: Un reflejo tan latinoamericano

El número de casos de corrupción del Partido Popular, paso de 54 en el 2014 a a 70 en el 2017.  El pasado día jueves,  la Audiencia Nacional ha condenado al cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, a 51 años y 11 meses de prisión por liderar los primeros años de actividades de la red corrupta (1999-2005) y al ex tesorero del PP Luis Bárcenas a 33 años y cuatro meses de cárcel por ejecutar la contabilidad B del partido.  No hay que olvidar que en la denominada trama Bárcenas,  el presidente del gobierno español  Mariano Rajoy es implicado de haber recibido  343,000 euros de dinero negro. Otro caso de corrupción que llama poderosamente la atención es el denominado Operación Púnica, en el cual políticos y empresarios crearon una extensa red delictiva que facilitaba la adjudicación de servicios públicos por valor de 250 millones de euros.  A cambio, como siempre, del pago de comisiones ilegales.  Este caso toca directamente a Esperanza Aguirre, quien fuera presidenta de los populares en la Comunidad de Madrid entre 2004 y 2016.

Estos son solo dos casos de toda una trama de escándalos de corrupción que en términos generales suma casi los 500 imputados.  Cualquiera diría que el gobierno de los populares es fundamentalmente una maquinaria que se mueve desbordando corrupción por todos lados.   Las cosas se han complicado muchísimo para los populares dado que existe la gran posibilidad que los socialistas ( en conjunto con Podemos) planteen la moción de censura.   La moción de censura en términos generales obligaría al actual gobierno a dimitir y convocar inmediatamente a elecciones adelantadas.   Rajoy, en su acostumbrada torpeza para pensar ( y hablar)  acusa a los partidos de oposición de generar una ola de inestabilidad política pero en realidad, el problema es la corrupción endémica de su partido.

Por mucho hay que decir que estos casos sistemáticos de corrupción política dejan a España muy mal parada frente a sus vecinos europeos.  Al mismo tiempo,  homologan a la madre patria con sus ex/colonias dado que la corrupción es un terrible problema Iberoamérica.  El gobierno de Mariano Rajoy ha querido mercadear a España como un modelo de recuperación económica y solidez institucional pero su administración está basada en una asquerosa injusticia dado que abarata el empleo (así resulta más fácil reducir la tasa del paro) pero el dinero que podría utilizarse para rescatar a los ciudadanos o se va al rescate de bancos o, termina en bolsillos privados del PP.

Mariano Rajoy, (al igual que otros jefes de Estado latinoamericanos acusados de actos de corrupción) parece no comprender que buena parte de los ciudadanos la pasan muy mal, mientras una elite política simplemente la juega de rentseeker. No es posible pedirle a la ciudadanía que soporte más impuestos, que tolere recortes en los servicios públicos mientras la clase política no tiene reparo alguno en considerar que la riqueza común (que pertenece a todos ) termine siendo un botín de reparto.  Si en el caso español,  Rajoy tiene temor que los comunistas de Podemos se hagan con mayores cuotas de poder, pues todas estas acciones están abonando para que los populares salgan del gobierno y una mancuerna del SOE/Podemos conduzca el gobierno.   Y si eso sucede,  el argumento con respecto a que los partidos políticos de izquierdas les hacen más daño a los países que gobiernan no se lo creerá ni Dios mismo.    Rajoy y la derecha española han  hecho de España un país exportador de jóvenes migrantes, y de personas que si no emigran, se quedan a disfrutar empleos sin garantías laborales mínimas y sin posibilidad de pensión alguna.   Encima, a tolerar la corrupción de cuello blanco.

La verdad que todo resulta un asco.

TEXTO PARA COLUMNISTA

David Martínez-Amador

Becario Fulbright del Departamento de Estado Norteamericano. Politólogo, UMASS-Amherst. Investigador Social en las áreas de Consolidación Democrática, Crimen Organizado Transnacional, e impacto del crimen transnacional en la gobernabilidad democrática. Miembro de la Red de Investigadores Latinoamericanos por la Paz y la Democracia ÍNSUMIISOS´ con sede en Ciudad de México. Profesor universitario y consultor. Ha trabajado en Centroamérica, México, Estados Unidos y Canadá.

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