Columnas

Democracia y diferencia

#TanmiTnam

El pensamiento y práctica de quienes han conducido el Estado de Guatemala desde 1821 a la fecha se refleja pensamiento y práctica vigente durante la colonia como una cultura superior que niega la existencia de los primeros habitantes de estas tierras.  Basta leer el contenido del Decreto 1824 que menciona la eliminación de los idiomas, el Decreto Legislativo número 165 del 13 de octubre de 1876 ladinización de una parte de la población originaria del occidente del país, el trabajo forzado a través de la Ley de Vialidad Decreto Número 1974 cuyos recuerdos de sufrimiento, enfermedad y muerte todavía es contado por ancianos en la actualidad, el programa de castellanización a la población originaria del país a través del Sistema de Educación del Estado y las propuestas de intelectuales que se han posicionado en distintos momentos de la historia reciente del país. Estas formas de ver y conducir el poder son resultados de una cultura que se considera superior y que trata de reflejar la discriminación en las instituciones oficiales a través de los servicios públicos que logran llegar a algunas partes del territorio de nuestro país. Esta actitud no es parte de la democracia y mantiene al país en problemas que limitan la igualdad, la justicia y la igualdad.

Durante las discusiones y debates que se realizaron para la redacción de la Constitución Política de Guatemala en vigencia, uno de los temas que se abordó, es el que se refiere al reconocimiento de los pueblos originarios que viven en este territorio desde hace miles de años antes del Estado y que al hablar de democracia era ya el tiempo en que fueran tomados en cuenta y darles la atención necesaria. Pocos conceptos quedaron en dicha Constitución considerados como avances acerca del tema pueblos indígenas.

Luego, llegamos a los años que se dedicaron a la reflexión, análisis y búsqueda de respuestas a todos los problemas políticos, económicos y sociales de nuestro país como parte de la búsqueda de la paz, el tema pueblos indígenas era uno de los que urgía atención para la construcción de la democracia que tomara en cuenta la participación y la representatividad de los pueblos originarios.  Se apreciaron algunos avances que quedaron plasmados en más de alguno de los Acuerdos, por ejemplo el Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas. A la fecha, no se han cumplido los contenidos de dichos acuerdos y el país sigue padeciendo los problemas que se ubican en el contexto de la democracia.

Por todos es conocido que la administración del Estado y los servicios públicos al seguir las políticas monoculturales sus efectos simplemente se traducen en discriminación y exclusión de un gran porcentaje de la población guatemalteca.

Al estar cerca de una campaña de elecciones para elegir autoridades del más alto nivel del país, es necesario tomar en cuenta el tema pueblos indígenas para la construcción de la democracia, la justicia y la igualdad.  La democracia no es posible sin tener en cuenta un gran porcentaje de la población que sufre de injusticia, empobrecimiento y sin ser tomados en cuenta en el territorio del Estado que consideran suyo.

Los líderes políticos, funcionarios, trabajadores del Estado y la población guatemalteca deben hacer un esfuerzo para construir el país democrático que todos desean de manera que con el esfuerzo de todos nuestro país sea justo, democrático y libre de conflictos. Los líderes políticos y los partidos políticos deben de tener en cuenta que el país es multiétnico y multicultural y necesita vivir en paz y armonía. La diferencia es democracia.

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