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Algunos apuntes sobre aviación en la región y su mejora continúa.

#LugarHermenéutico

En términos generales se estima que el sector del transporte aéreo internacional traslada  2.2 billones de personas al año alrededor del mundo, cerca del 40% del turismo internacional y moviliza  cerca de 44 millones de toneladas en mercancías con valor del 35% del comercio internacional anual, ante lo cual, la aviación en el siglo XXI se ha constituido como un elemento vital de la económica globalizada.

Aunque en la región centroamericana aún se está muy lejos de llegar al máximo umbral de crecimiento, en los años recientes se ha visto un repunte en cuanto al flujo de viajeros en la mayoría de los casos en crecimiento de hasta dos dígitos principalmente en los Estados de El Salvador y Panamá en los que se encuentran los hub de Avianca y Copa Respectivamente.

Así mismo ha crecido considerablemente el número de operaciones y apertura a nuevos destinos.  La iniciación de aerolíneas low cost ha sido bien recibida por los usuarios quienes han tenido más opciones a la hora de salir o ingresar a la región.

En este sentido en la mayoría de países de la región se están  realizado importantes inversiones en materia de optimización de los servicios de navegación aérea, trabajos en pista, ampliación de instalaciones y mejoras en la infraestructura aeroportuaria.

Vale mencionar que a nivel mundial el sector aéreo internacional trabaja continuamente en la seguridad operacional y en mejorar los niveles de eficiencia y eficacia, incluso se puede mencionar más ecológica comparada con el rendimiento que se tenía hace algunos años.  Solo en términos de uso de combustible por pasajero se estima que en los últimos 60 años se ha logrado eficientar hasta en un 80 % y cada día se hacen más vuelos experimentales con combustibles alternativos.

A su vez debe reconocerse que actualmente el sector aéreo es el primer sector en el mundo con un mecanismo de reducción y compensación de carbono para hacer frente a cualquier incremento del total de emisiones de CO2 , producto de sus operaciones.  Con ello la aviación avanza en sus  metas de reducción de Gases de efecto Invernadero -GEI- para el año 2,020 y 2,050, en congruencia con el Acuerdo de París aprobado en el marco de la COP 21.  En este sentido tres estados de la región, Guatemala, El Salvador y Costa Rica, han demarcado un liderazgo importante en la materia.

Así mismo el sector trabaja continuamente en la investigación y desarrollo de nuevos materiales puesto que ello se traducen en el aumento de la eficiencia  de las aeronaves, un ejemplo de ello lo constituyen en las alas de un avión los Winglets, que no son más que unas aletillas  que permitan que las alas sean más eficientes en la creación de la fuerza de sustentación en la aeronave, ello significa que los aviones requieren menos potencia en los motores traduciéndose a su vez en menor consumo de combustibles y por ende menos emisiones de C02 y menos costo para las aerolíneas.

Personeros de la empresa Boeing afirman que los winglets instalados en sus aviones 757 y 767 pueden mejorar el consumo de combustible en un 5% y reducir las emisiones de CO2 hasta en un 5%. Se espera que una aerolínea que instala winglets en su flota de 58 jets Boeing 767 ahorre 500,000 galones de combustible anualmente.

 

Dada la necesidad de hacer más eficiente el uso del combustible y mejorar el desempeño aerodinámico en las aeronaves, se buscan nuevas alternativas al uso del aluminio en la armazón de las aeronaves. En este sentido la última generación de aviones como el Dreamliner 787 de Boing y el Airbus A350, utilizan en su composición la fibra de carbono.  Este elemento se caracteriza por su fuerza y poco peso a su vez que permite a los fabricantes obtener un acabado en las partes que optimiza su desempeño desde el punto de vista aerodinámico.

Lo expuesto nos orienta a que a la aviación se mueve cada vez más a la mejora continua en cuanto al aumento de eficiencia en sus operaciones avanzando en la sostenibilidad en los planos económico, social y ambiental del sector por lo cual no será difícil ver en los próximos años en la región, un incremento significativo de operadores y mayor acceso para las diferentes capas sociales, a su vez de observar aeronaves operando con energía solar, con combustibles alternativos o con formas diferentes a las que hoy conocemos en aras de mejorar su desempeño.

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