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Pérdidas por canícula ascienden a US $90 millones

La sequía y las plagas han afectado una de las principales zonas agrícolas de Santa Cruz, Bolivia, productor del 70 por ciento de los alimentos del país, cuyos efectos han hecho que se plantee el uso de biotecnología para afrontar esos retos.

La región este de dicho departamento, dedicada prioritariamente a la producción de alimentos, es la que ha resultado más afectada por la que se ha considerado la peor sequía de los últimos años.

De acuerdo con la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), la última sequía ha implicado una pérdida de al menos US $90 millones, pese al esfuerzo que representó haber plantado alrededor de 694 mil hectáreas de maíz, girasol, sorgo, trigo y chía para este invierno.

En declaraciones a los medios, autoridades del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) concluyeron en que el nivel de lluvias ha sido casi inexistente y que esto ha afectado los cultivos de maíz, girasol, sorgo y trigo, entre los más importantes.

El técnico agrícola Genaro Cañani, del municipio Cuatro Cañadas, señaló que durante el período de siembra iniciado el 14 de mayo último se han registrado 47 milímetros de lluvia por metro cuadrado, cuando bajo “condiciones normales” suele llegar hasta 350.

Cañani consideró que por ese nivel de precipitación los cultivos “no se han podido desarrollar”. Son varias las parcelas de pequeños productores agrarios en las que predominan las filas extensas de girasoles secos, campos extensos de maíz marchito y agusanado o de trigo atrofiado, cultivos que, a juicio de Cañani, “están perdidos”.

El ciclo agrícola en el oriente boliviano se compone por el de verano, que inicia en diciembre, y el de invierno, en los primeros días de mayo.

Durante el ciclo de verano predomina la siembra de soya, el único producto transgénico aceptado en Bolivia, y en invierno esos mismos campos son adaptados al método de rotación de cultivos para la siembra de sorgo, maíz, trigo y girasol, todos con semillas convencionales que no son transgénicas.

“Ahorita el único transgénico que hay en esta zona es la soya, pero necesitamos que haya en trigo, maíz y sorgo”, declaró a Efe  Eliseo Condori, un agricultor proveniente de una familia que hace varios años migró desde la parte occidental del país.

Con información de DCA

Redacción

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