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La estrella china Dong Dong apunta a un último salto en Tokio-2020

Estrella mundial del trampolín, el chino Dong Dong ha desafiado siempre a la gravedad. Ahora quiere sortear el paso de los años, con el objetivo de una cuarta participación récord en los Juegos Olímpicos, en Tokio-2020.

A sus 29 años, el esbelto y telegénico atleta ha subido al podio en sus tres primeras apariciones olímpicas, en Pekín 2008 (bronce), Londres 2012 (oro) y Rio 2016 (plata).

Si se clasifica para los Juegos organizados en la capital japonesa dentro de dos años, se convertirá en el único saltador de trampolín masculino en haber participado en cuatro Olimpiadas.

«Mi objetivo en Tokio será como siempre colgarme la medalla de oro», asegura Dong Dong a la AFP en el centro de entrenamiento nacional chino de trampolín, situado en la Universidad del Deporte de Pekín.

Mientras que él encadena piruetas encima del trampolín, una inmensa pancarta colgada en la pared señala el objetivo final de los atletas: «En los Juegos Olímpicos de Tokio, seremos campeones».

Laureado con 12 títulos mundiales en individuales o por equipos, Dong Dong participa en los Juegos Asiáticos que empiezan este sábado en Yakarta, Indonesia.

El atleta ya fue el trampolinista de más edad en la final individual de los Juegos de Rio, donde no pudo convertirse en el primer representante de su deporte en ganar dos medallas de oro consecutivas.

– Cristiano Ronaldo –

Pero él no considera su edad como un obstáculo.

«Mi ventaja sobre los trampolinistas más jóvenes es mi mente. Sé mejor como sacar provecho de los nervios. Cometo menos errores», declara.

El trampolín está presente en los Juegos desde Sídney-2000. Los atletas alcanzan alturas de hasta ocho metros en sus saltos y en algunos segundos y con fluidez deben efectuar figuras acrobáticas, piruetas y saltos.

Dong Dong lo confiesa: los Juegos de Tokio serán probablemente sus últimos, porque su estado físico ya no es el mismo.

Pero él trata de mantenerse al máximo nivel. Repite incansablemente sus saltos, no se toma más que un día de descanso a la semana, y evita todo exceso en su dieta.

«Los chinos comentaron mucho el físico híper seco de Cristiano Ronaldo durante la última Copa del mundo de fútbol. Tiene muy poca grasa. Pero todos los deportistas de primer nivel saben que son responsables de su propio cuerpo», destaca.

– «Marcar la historia» –

Como otros gimnastas chinos, Dong Dong se entrena desde la infancia. Se integró en un equipo de gimnasia con cinco años.

«Sin el sistema de entrenamiento estatal, no me habría podido pagar un trampolín, que cuesta en torno a 25.000 euros. Ni pagar el entrenador, los médicos y la investigación científica», resume.

Conocido por su impecable plasticidad y por su cabello cuidadosamente peinado – que permanece en su sitio incluso después de sus saltos – Dong Dong cuenta con numerosos admiradores en China y estuvo muy cerca de aceptar en 2013 una temprana reconversión a la industria del entretenimiento.

Pero ahora tiene la intención de seguir con el trampolín. Y espera convertirse en entrenador o organizador de competiciones en el futuro.

«El trampolín es lo que hago mejor», explica. «Quiero seguir y disfrutar del placer que me aporta el deporte y marcar la historia de mi disciplina».

Redacción

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