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¿Un nuevo matrimonio?

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La decisión de aceptar a su pareja para toda una vida, a veces no resulta tan sencillo como pensamos, sobretodo cuando ya se ha estado casado, lo cual indiscutiblemente resulta una derrota de dos personas que apostaron alguna vez a no equivocarse y sin embargo la relación falló. Comúnmente cuando hay una separación – no tratando en este momento el factor hijos producto de la relación –  para ambos, hombre y mujer, donde suelen crearse diferentes escenarios, donde todo dependerá del entorno en el momento de la separación.

Ella que trabaja, toda una profesional, por tanto no tendrá ninguna dependencia económica del ex – esposo, a lo anterior se suma si tiene su propio hogar, por tanto él a “la calle”. Que aunque parece sencillo, a veces no lo es, ya todo dependerá del tiempo, de las costumbres, de los hábitos establecidos en el periodo que haya durado la relación anterior. Él obviamente tendrá las mismas opciones, aunque a veces los “machos” suelen no aceptar “la derrota” y tratan de convertir la “nueva vida” en un bacanal. Pasa el tiempo, adultos al fin y al cabo, donde ambos tienen igual derecho a buscar una nueva pareja. Las estadísticas demuestran que el 75% de la gente divorciada, vuelve a casarse en el plazo de cinco años. La soledad, dice un refrán que es mala consejera. ¿Luego? Estar “listo o lista”, implica factores muy importantes. En primer lugar, es necesario estar seguro de que usted y su pareja se aman verdaderamente. Segundo, debe haberse tomado el tiempo necesario para tratar correctamente todas las cuestiones emocionales, sufridas antes y después del divorcio. Tercero, debe tener muy en claro la razón por la cual desea estar nuevamente en pareja. Cuarto, debe preguntarse si ya está preparado (en todo sentido) para trabajar y esforzarse por cuidar su nueva pareja.

Si su ex-pareja no le fue fiel, tanto emocional como físicamente, es muy posible que no pueda confiar en una nueva persona. De esta forma, se vive permanentemente condicionado por las experiencias previas. Por otra parte, existen los prejuicios sociales los que nos llevan a estar en pareja, sin estar enamorados. Es muy posible que, inducido por la sociedad, usted piense, «no soy feliz en soledad» o «hay algo mal en mí si no estoy en pareja». Esto es completamente erróneo: hay mucha gente feliz que vive sola, sobre todo en los tiempos que corren. La plenitud y la felicidad no pueden provenir únicamente de una pareja, y los lazos afectivos tienen éxito solo cuando quienes los integran, ya son felices y se sienten completos y satisfechos con sí mismos.

Debo recordarles que la idea del cuento de hadas –en la que usted encuentra a su príncipe (o princesa) soñados, con los que vivirá feliz por siempre-, es solo eso: un cuento. Siempre existirá competencia, desafíos, y desacuerdos ocasionales. Y por mucho que confíe en una persona para formar una pareja exitosa, usted deberá examinar fría y racionalmente si está o no preparado para realizar el compromiso y esfuerzo que conlleva dicha relación. ¿Cumple usted los cuatro puntos para una nueva pareja? ¿Sí?, ¿no? ¡Piénselo mejor!

TEXTO PARA COLUMNISTA

Ernesto González Valdés

Nació en la ciudad de La Habana, Cuba y es nacionalizado Nicaragüense tiene estudios superiores de Licenciatura en Pedagogía y posgrados en Química Orgánica y elaboración de materiales didácticos.

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