Columnas

Sin ideología, no hay Estado

VOCACIÓN DE LIBERTAD

Finalizando el año y próximos a entrar en uno nuevo que trae como inicio y en primera plana un nuevo ―aunque tan viejo como las ideas de sus maltrechos actores― proceso general de elección de autoridades, con dudosas posibilidades de gobernabilidad, es decir, de poder gobernar de verdad. Bien vale la pena subirnos al balcón e intentar ver la fiesta de otros ángulos.

No tengo duda de que los guatemaltecos necesitamos una nueva forma de pensar para provocar lo que todos buenamente deseamos: una nueva forma de actuar, una nueva forma de hacer, una nueva forma de ver y hacer el país desde todos los ángulos posibles, puesto que ¡NO, por favor!, no queremos más de lo mismo.

Hoy, quisiera aprovechar este espacio el título de estas notas “Sin ideología, no hay Estado”, para hacer uso del planteamiento que el Papa Francisco hace con motivo de la época, convencido de necesitamos estas ideas para construir más y construir mejor el set de grandes ideas que han de darle vida al Estado de Guatemala. Le invito a extrapolar estas ideas desde una perspectiva de nación, desde una perspectiva de vida como Familia.

Dice el Papa Francisco: “No hay familia perfecta. No tenemos padres perfectos, no somos perfectos, no nos casamos con una persona perfecta ni tenemos hijos perfectos. Tenemos quejas de los demás. Decepcionamos unos a otros. Por eso, no hay matrimonio sano ni familia sana sin el ejercicio del perdón. El perdón es vital para nuestra salud emocional y la supervivencia espiritual. Sin perdón la familia se convierte en una arena de conflictos y un reducto de penas

Piense por un momento si acaso, ¿no nos hemos convertido en esto en Guatemala?: “una arena de conflictos y un reducto de penas”. Sin duda, la justica llama a que los que han cometido delitos y les ha sido probada su culpabilidad, paguen ya su condena, pero de allí a que una gran parte de Guatemala, este pagando los costos indirectos, que son cuantiosos, hay mucha distancia para llamarle justicia, aunque se le ponga el eufemístico nombre de justicia transicional.

Sin perdón la familia se enferma. El perdón es la asepsia [1] del alma, la limpieza de la mente y la alforria [2] del corazón. Quien no perdona no tiene paz en el alma ni comunión con Dios. La pena es un veneno que intoxica y mata. Guardar el dolor en el corazón es un gesto autodestructivo. Es autofagia [3]. El que no perdona se enferma física, emocional y espiritualmente.”

Y por eso la familia necesita ser lugar de vida y no de muerte; El territorio de cura y no de enfermedad; El escenario de perdón y no la culpa. El perdón trae alegría donde la pena produjo tristeza; En la que el dolor causó la enfermedad.”

Guatemala debe convertirse para bien de todos nosotros en un lugar de vida, de inspiración para ser mejores personas, de abrir las puertas de la educación de todos los actores para nuestros niños y niñas del presente, quienes serán los guatemaltecos del futuro. Asumamos con responsabilidad, gallardía y honor de hombres y mujeres que hemos aprendido la lección. Al que Castigo, Castigo y al que Honra, Honra.

Aprovechemos estos días de reposo para reflexionar…meditar es una sana costumbre que además ilumina nuestro entendimiento e introduce nuevas perspectivas para nuestra vida. Es cierto, los temás del país se ven complicados; representan un gran reto para todos los guatemaltecos, pero seamos conscientes que con más de lo mismo, solamente llegaremos a lo mismo, más cansados y frustrados. Súbase al balcón y mire la fiesta con otros ojos, vea con otra mentalidad y cree nuevas ideas.

P.D. Incorporé en notas abajo, las palabras que creo clave comprender con el significado correcto.

[1] Significa ausencia o falta de materia séptica, es decir, de alguna bacteria o microbios que puedan causar infección.

[2] Es un sustantivo masculino y femenino de uso obsoleto, que tiene como significado la independencia o emancipación, en tener la libertad de gobernarse sin depender de un tutor o de un modo de gobierno de manera autónoma

[3] La palabra autofagia, que proviene del griego, significa «comerse a sí mismo». Se trata de un proceso esencial para la renovación celular, y por lo tanto beneficioso para el organismo. Sin embargo, un mecanismo de autofagia deficiente puede ser también causante de distintas enfermedades.

TEXTO PARA COLUMNISTA

Juan F. Callejas Vargas

Nicaragüense por nacimiento, Guatemalteco por decisión. 72 años de edad, periodista de opinión, casado con una esposa – Ana Lucrecia Aquino de Callejas - con quien ha procreado ocho hijos. Estudios profesionales en Universidad Rafael Landívar, INCAE y post grados en Inglaterra, Brasil y Estados Unidos de América. Amplia experiencia en diseño y ejecución efectiva de programas de comunicación y diseño de Estrategias a nivel comercial para firmas y organizaciones nacionales e internacionales. Estratega de campañas políticas, de gobierno e institucionales en Guatemala y El Salvador, así como mercadeo social.

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