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¡Una buena noticia, que no todos aceptan con dicha!

Emunah

El diccionario, nos dice que: la palabra evangelio deriva del latín Evangelium, que viene del griego “euaggélion”, y significa literalmente “buen anuncio”, “buena noticia” o “buenas nuevas”. Esta palabra era utilizada cuando un mensajero traía una buena noticia de otros lugares.

En la Biblia la buena noticia se refiere a la obra del Señor Jesucristo en la cruz del calvario y se resume en las siguientes palabras dichas por el mismo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito (Jesucristo), para que todo aquel que en él crea, no se pierda, más tenga vida eterna”.

El evangelio puede ser una noticia alentadora que genera un gozo indescriptible, porque involucra la salvación del alma; el plan diseñado por Dios para reconciliarse con su creación, después de que la misma se revelara contra Él. Más, sin embargo, estas “buenas nuevas” podrían no ser noticias tan gratas para muchos; ¿A qué se debe esto?

Eso se debe a que el evangelio exige un alto precio, es incómodo para la carne, genera conflictos con pensamientos filosóficos, y confronta al mismo ser humano para revelar su corazón, ya que la esencia del corazón humano se ve reflejada bajo presión, cuando está en situaciones adversas y difíciles. 

¿Por qué exige un alto precio? Dios formó al hombre del polvo y le dio vida de su mismo aliento. Cuando pecamos nos rebelamos contra Dios, y nos separamos del dador de vida y, por lo tanto, experimentamos la muerte tanto física como espiritual. La paga del pecado es muerte y la condenación eterna del alma permitiendo que Satanás reine sobre nosotros.

Afortunadamente, gracias a que Jesucristo dio su vida por nosotros, ahora podemos recibir el perdón de nuestros pecados. El pagó el precio de nuestra redención, pues en su gran amor al morir en lugar nuestro, fuimos perdonados y adoptados como hijos de Dios. El alto costo que implicó para Dios nuestra salvación revela lo mucho que valemos para él.

¿Por qué es incómodo para la carne? La Biblia dice que todas las personas han pecado en contra de Dios. Al reclamar nuestra independencia, rechazamos a Dios y sus enseñanzas; y caímos en desobediencia por tal motivo no hacemos el bien, sino el mal, debido a que el pecado habita en nosotros. Después de aceptar a Jesucristo, nuestra carne sigue siendo pecaminosa, y debe humillarse y someterse a Dios, lo cual resulta incómodo.

¿Por qué genera conflictos con pensamientos filosóficos? La búsqueda de respuestas acerca de la creación del universo, sobre nuestros orígenes, sobre el significado de la vida, sobre la maldad, entre otras interrogantes parece no acabar nunca. Este conocimiento adquirido de fuentes erróneas impedirá aceptar la Biblia como la única verdad, y distorsionará la forma de ver a Dios.

Por ejemplo, a muchas personas se les enseña que la vida en la Tierra surgió por casualidad, y la evolución produjo al género humano con todas sus capacidades emocionales, intelectuales y espirituales. Mientras que la Biblia enseña que el hombre es una creación directa de Dios, y nos brinda conocimiento de Dios y sus propósitos para nuestra vida.

Por ese tipo de conflictos ideológicos algunos rechazan la existencia de Dios, y usan todo su arsenal científico, filosófico, y una serie de argumentos para refutar Su existencia; y tratan de convencer al mundo de que la religión es responsable de prácticamente todos los males que aquejan a nuestra sociedad.

¿Por qué nos confronta con nosotros mismos? Morir a sí mismos es parte de lo que implica aceptar a Jesucristo; el viejo hombre debe morir para que nazca el nuevo hombre. Dejar de vivir para nosotros y empezar a vivir para Dios, hacer su voluntad, aun cuando implique ir en contra de nuestras inclinaciones imperfectas. Pablo explica a los Gálatas el proceso de morir a sí mismo como alguien que ha sido “crucificado con Cristo”.

Jesucristo sabía que sus enseñanzas iban a ser aceptadas por algunos y rechazadas por otros, y por consiguiente generarían división. El mismo dijo que “No crean que he venido a traer paz a la tierra. No vine a traer paz, sino espada.” Cristo sabía que su mensaje de amor, igualdad y paz paradójicamente iba a traer odio, discriminación y violencia porque muchos lo rechazarían.

Estas buenas noticias de salvación requieren todo de nosotros lo cual incomoda a muchos que resisten someterse al gobierno de Dios. El evangelio demanda hijos que amen a Dios con todo su corazón, con toda su alma, y con toda su mente; que no los moldeen las culturas, las filosofías humanas, ni otras fuentes externas. Su Palabra es la verdad absoluta, por lo que dijo “El cielo y la tierra pasarán, más mis palabras no pasarán”.

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