Columnas

Triangulo norte de la inteligencia

Antropos

El Salvador, Honduras y Guatemala han sido tipificados internacionalmente por sus problemas comunes de carácter estructural y coyuntural, como el triángulo que vulnera los principales derechos humanos, como lo es el derecho a la vida.

Son países en donde priva un clima de violencia e inseguridad. Fenómenos sociales como la migración son patentes. Hombres, mujeres y niños escapan de las miserables condiciones en las que viven hacia Estados Unidos y al final, estos ciudadanos que expulsan nuestras sociedades, han terminado por equilibrar las economías nacionales con las remesas en dólares que envían, más allá de lo que se produce en cada uno de los países y los bancos que pertenecen a los sectores pudientes, también terminan ganando por este flujo de dinero. Curioso, pero es así.

Otro de los fenómenos sociales es la fuerza que han tomado las llamadas “maras” con acciones delictivas como lo es la extorsión, lo cual no es sólo particularmente algo propio de estas agrupaciones, sino que la extorsión es también parte del juego perverso del poder político. Habrá que agregar además, que este triángulo del norte, como se le ha llamado, es un puente para el trasiego de la droga, lo cual trae otras implicaciones en la vida de nuestras sociedades.

Sin abundar en más problemas, sino, solamente los de mayor impacto por su agudeza y peligro, los gobernantes de Estados Unidos han propuesto desde hace ya algún tiempo, programas de inversión para estos tres países, fundamentalmente para evitar el flujo de migrantes hacia el norte.

Siendo entonces la pobreza, la causa fundante de la explosión de problemas sociales como la violencia, la inseguridad, las extorsiones y migraciones, la pregunta es, ¿en dónde está la inteligencia de nuestros pueblos, de los gobernantes y de los centros educativos para ofrecer salidas viables y reales para coadyuvar a la solución de estos problemas?

Esto es lo que me ha llevado a pensar que debemos cambiar este escenario de una caracterización malsana del triángulo norte, por una actitud que genere ilusión, creatividad y ganas de vivir. Debemos construir entonces el triángulo norte de la inteligencia, apegados a ese espíritu emprendedor e inteligente de nuestros compatriotas. A simple vista veo ese esmero cotidiano de miles de personajes que inventan y crean. Los que no se dejan vencer por el infortunio y mantienen una fe y certeza que el futuro será mejor.

En ese camino, se han unido tres universidades de este triángulo norte, como lo es la Universidad Pedagógica “Francisco Morazán” de Honduras, la Universidad Nacional de El Salvador y la Universidad de San Carlos de Guatemala, promoviendo programas académicos conjuntos orientados al mejoramiento de la educación superior. Ya surgió la primera iniciativa  de un programa de postgrado, como lo es, el Doctorado en la Enseñanza de la Ciencia.

Este doctorado, aglutinará estudiantes de las tres universidades y docentes que conducirán las investigaciones de las tesis de doctorado. Será un doctorado itinerante, porque los alumnos de los tres países, se reunirían cada determinado de tiempo, en alguna de estas universidades, lo cual vaticina, el cultivo de la inteligencia del triángulo norte.

Asimismo, ya se ha iniciado a través de la Cátedra “Carlos Martínez Durán”, en la USAC, con actividades académicas que involucra a intelectuales de los tres países y confiamos, que más temprano que tarde, lo haremos extensivo a iniciativas para promover la “inteligencia creativa” a miles de estudiantes que asisten a las aulas de estas tres universidades, que se constituyen desde ya, en el triángulo norte de la inteligencia.

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