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Proceso político electoral:

Algunos opinan que este proceso electoral es atípico, dada la llamada “judicialización de la política”, que no es más que la expresión de la corrupción a su más alta categoría, a las limitaciones que tienen candidatos en cuanto a entregar cuentas cabales a los tribunales de justicia y a la supremacía que quiere imponer la administración de justicia a los posibles gobernantes, para hacerles entender que nadie está fuera de la ley.

El otro elemento a considerarlo como atípico, es la manifiesta crisis política que se vive en Guatemala que se explica hoy, como la falta de confianza de la ciudadanía entorno a los políticos, lo cual se manifiesta en la sobreabundancia de partidos y miles de aspirantes a puestos públicos, que van desde concejales, alcaldes, diputados, vicepresidente y presidente de la República.

Ninguno de los partidos existentes expresa, hasta donde he podido escuchar y leer, un pensamiento político coherente con alguna idea de sociedad, nación, ciudadanía, Estado, soberanía, patria, pueblos originarios, igualdad y equidad de género, equidad, corrupción, educación, seguridad social y salud pública, infraestructura, seguridad, niñez, adolescencia, juventud, cultura e identidad, deportes, productividad, desarrollo económico, desigualdades y migración, economía campesina, protección de la biodiversidad y del ambiente, gestión de riesgo y cambio climático, minería, energía sostenibles, ciudades resilientes y sostenibles, vida y recursos marinos, empleo, emprendimiento o informalidad, relaciones internacionales, cooperación, inversión y acceso a la justicia y seguridad ciudadana, disminución de la pobreza, seguridad alimentaria,  entre otros conceptos sustantivos para delinear un ideario político que marque la diferencia y nos ofrezca un horizonte por donde sea posible caminar.

No veo ni escucho respuestas concretas a lo descrito, que es lo que aqueja al país. Sólo generalidades que se amparan en consignas mal estructuradas y sin ninguna lógica que refleje lo que las guatemaltecas y guatemaltecos aspiramos para vivir con dignidad.

Problema del empleo:

Siendo la necesidad de empleo, uno de los problemas centrales que vivimos en nuestro país, ni los candidatos, ni los partidos políticos que los postulan, ofrecen una respuesta contundente y creíble. El Estado desde hace muchos años, dejó de ser un ente empleador y por lo tanto no se puede utilizar esta vía para ofrecer empleabilidad a la población, a no ser, despedir a los funcionarios actuales y dar acceso a los recomendados de los que ganen las elecciones.

Se trata entonces de encontrar las formas de articulación del Estado y el sector productivo, para promover el autoempleo y el empleo productivo, sobre la base de superar el afán de beneficio individual hacia el logro de una vida digna para todos. Lo que se traduce en lograr  certeza jurídica, seguridad ciudadana, seguridad civil, seguridad pública, estímulo a los micro, medianos y grandes productores, generando cadenas de valor, créditos blandos para promover la productividad, así como la modernización, desburocratización y eliminación de la corrupción en todos los trámites de exportación e importación. Esta vía nos puede  generar por lo tanto,  una mayor empleabilidad y superación de la criminalidad.

Los migrantes:

La migración es un fenómeno histórico en toda la humanidad. Los conglomerados sociales se han movido de un lugar a otro en busca de mejores condiciones para vivir con cierta comodidad. Ejemplo de esto, son los movimientos humanos que se dieron en América precolonial. Transitaron de sur a norte y de norte a sur, asentándose algunas culturas en lugares determinados, como los quechuas, incas, mayas, aztecas, entre otros.

Hoy día la migración adquiere nuevas dimensiones. Estados Unidos de Norteamérica por ejemplo, desde sus orígenes fue poblada por migrantes irlandeses, ingleses, italianos, negros, judíos, árabes y chinos.  Es un país multicultural. Hoy día, por su riqueza cultural, económica y de oportunidades de empleo y salario, atrae a la población latinoamericana, particularmente del triángulo norte y México. Las causas son múltiples, pero el fondo, lo constituye la ausencia de oportunidades, lo cual genera entre otros males, la desintegración familiar.

Las remesas familiares en cada uno de estos países, pero enfáticamente en Guatemala, se han convertido en uno de los alicientes reales de la economía familiar y nacional. Se trata entonces de encontrar las vías adecuadas e inteligentes para atender no sólo a los migrantes en Estados Unidos, desde el punto de vista de normalización de su estado civil, sino en el ámbito de la salud, la cultura y la educación. Y en cuanto a sus familiares en Guatemala, habrá que desarrollar programas sustentables para que no terminen por dilapidar la gallina de los huevos de oro, al estimularles el consumismo, sin una visión de largo plazo, como lo es implementar actividades de emprendedurismo y de estudio. De esto, no he escuchado hasta hoy, una respuesta que responda a subsanar este fenómeno migratorio.

Problema alimentario:

El derecho a la alimentación nutricional, se ha convertido hoy día en uno de los derechos humanos más importantes, porque abarca toda la dimensión de la vida del ser humano, desde su concepción, hasta su finalización. La economía campesina, siendo uno de los ejes centrales debe promoverse y apoyarse con asesorías técnicas, facilitando el acceso al mercado, la puesta en práctica de créditos blandos y una adecuada armonía entre producción de bienes con su entorno natural, promoviendo el adecuado uso y cuidado del agua y de los suelos.

Es necesario, superar la dramática realidad de la desnutrición infantil, que va desde una madre mal alimentada, hasta el acceso de los alimentos de la niñez. El Estado guatemalteco en su estructura gubernamental tiene varias instancias, como son algunos ministerios, que administran grandes cantidades de dinero para atender el tema de la alimentación. Ya es tiempo que un próximo gobernante se tome la tarea de registrar cuánto es este dinero y concentrarlo en la puesta en práctica de los comedores escolares para atender a la niñez desde sus primeros años de vida. El dinero disperso, se diluye y no tiene incidencia. Se gasta en burocracia y no en alimentos.

De estas ideas, me gustaría que hablaran los candidatos y de cómo en la práctica lo van a llevar a cabo.

TEXTO PARA COLUMNISTA

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