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Dinero caliente en la política

Poptun

Pese a que fue anulada la candidatura de Mario Estrada por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), por falta de idoneidad, su captura es un ejemplo claro de que los procesos electorales de Guatemala han sido financiados con “dineros calientes”.

Este concepto se relaciona con las cuantiosas sumas de dinero de dudoso origen dirigidas a la financiación de campañas políticas. Dineros calientes es una frase que se empezó a utilizar en los años 80 en Colombia, luego que el Ministro de Justicia de ese país y época, Rodrigo Lara Bonilla denunció la presencia de estos activos, relacionados especialmente con dinero del narcotráfico para el financiamiento de distintas campañas electorales.

El funcionario denunció el vínculo de Pablo Escobar con el narcotráfico y la infiltración de ese dinero en actividades políticas, cuestionando la manera en que Escobar consiguió ser congresista.

En la época actual, es importante comprender lo que estimuló esa infiltración de dineros provenientes del crimen organizado en la sociedad y el Estado colombiano, que no sólo indujo a una guerra entre los cárteles y el Estado, generando secuestros, asesinatos, extorsiones y ataques terroristas, sino que el narcotráfico logró la simpatía de muchos ciudadanos colombianos que parecían no conocer la moral, porque en lugar de exigir el juzgamiento de estas redes criminales, habitualmente solían apoyar y proteger a los gestores de ese negocio, viéndolos como filántropos que apoyaban a las personas de escasos recursos y por eso los trataban como héroes.

Esa confabulación del pueblo colombiano lo sumió en una cultura de mafia y de dinero fácil, que a lo largo de la historia le ha salido caro, al continuarse la estigmatización de sus nacionales como “narcos”, y ser catalogado el país como una de las naciones latinoamericanas que más inequidad social posee.

En Guatemala este tipo de “dineros calientes”, según se detectó recientemente por la DEA, ha sido utilizado por diversos partidos políticos para financiar sus acciones políticas. La captura de Estrada en Miami por solicitar financiamiento al Cartel de Sinaloa para su campaña a cambio de ofrecer facilitar el trasiego de drogas y armas, nos hace arribar a la conclusión que nuestro país se ha “colombianizado” por la presunta vinculación de dinero de origen dudoso a campañas electorales.

Casos penales relacionados con este tipo de acciones, fueron desenmascarados por la CICIG, pero sin mayores éxitos, porque al estar infiltrado el narcotráfico en las actividades del Estado, incluido presumiblemente en el sistema judicial, son acciones difíciles de ser juzgadas en territorio nacional. Estas estructuras criminales al penetrarse en el Estado, lo cooptan y capturan, y es por ello que las acciones descubiertas por esa Comisión continúan en la impunidad.

La noticia de esta aprehensión que se suma a otras órdenes de captura, tuvo una gran cobertura en los medios de información y en redes sociales, porque ante un Ministerio Público indiferente y un Tribunal Supremo Electoral tibio, la DEA se vio obligada a actuar y se encuentra depurando el presente proceso electoral, para bien de todos los guatemaltecos.

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Mireya Batún Betancourt

Abogada, Notaria y Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales, postgrado en Criminología, especialista en ejecución penal con estudios en Doctorados de Ciencias Penales y Derecho Constitucional Internacional.

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