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Con San Basilio el Bienaventurado

Editado Para La Historia

Cada ciudad importante del mundo tiene al menos un monumento que la identifica. Cuando vemos la Ópera de Sídney inmediatamente reconocemos esa ciudad, cuando vemos la Estatua de la Libertad reconocemos a Nueva York y cuando vemos la Torre Eiffel reconocemos a París. Decididamente el monumento que mejor representa a Moscú es la catedral de San Basilio el Bienaventurado. Esta conocida catedral se encuentra del lado sur de la Plaza Roja de Moscú. Del lado norte de la Plaza se encuentra el Museo de Historia, del lado este el elegantísimo centro comercial GUM y del lado oeste el Kremlin.

Se le conoce como Plaza Roja (Krásnaya Plósahd) no por el color de la bandera del antiguo régimen comunista que dominó Rusia durante 72 años ni por el color de las murallas del Kremlin. Resulta que en ruso antiguo la palabra rojo y hermoso eran la misma, al igual que la palabra paz y mundo también son la misma palabra en el ruso contemporáneo. Con el tiempo prevaleció el concepto de “rojo” sobre el del “hermoso” y así fue traducido a los diferentes idiomas

Uno de los antiguos zares de cuando Rusia aún no era imperio, sino que era conocida como Principado de Moscovia, fue Iván IV el Terrible, en ruso Iván Grózny. Como pequeño Principado que era Moscovia era invadida frecuentemente por el kanato de Crimea (kanato es un territorio gobernado por un kan) y por el kanato de Kazán, tierra de los tártaros, por lo que en el año 1552 el Zar Iván el Terrible decidió hacer la guerra a los tártaros, también llamados la Horda de Oro, y logró vencerlos en una batalla que duró 7 días.

Al regresar a Moscú quiso construir un monumento para conmemorar su victoria, por lo que decidió hacer una primera catedral de madera que fue desmontada poco tiempo después para hacer una ya en piedra. En aquella época a la catedral se le llamaba Catedral de la Interceción de la Santa Virgen en el Foso y estaba cubierta por domos dorados. En 1583, y debido a un incendio, los domos fueron reemplazados por los bulbos que conocemos hoy y en 1670 se le dieron los colores con los que los reconocemos hoy.

La construcción de la catedral fue obra del arquitecto Póstnik Yákolev. Cuenta la leyenda que cuando Iván vio terminada su catedral ante tanta belleza, y para que Póstnik no pudiera nunca más construir algo semejante, le vació los ojos. Esto es sólo una leyenda, porque este arquitecto participó más tarde en la construcción del Kremlin de la ciudad de Kazán.

Tenía una capilla mayor y otras 7 que llevan los nombres de los Santos de los días que duró la batalla. Es necesario señalar que todas las capillas son increíblemente pequeñas, todo el conjunto lo es. Más adelante, en un terreno colindante, fue enterrado un simple de espíritu extremadamente pío, de nombre Basilio, que recorría las calles de Moscú prácticamente desnudó, cualquiera que fuera la época del año (y Dios sabe el frío que hace en Moscú en invierno), y que alertaba a la población sobre el pecado de la mentira y de la hipocresía. Ante este santo varón hasta el propio Iván el Terrible temblaba. Fue muy natural que a su muerte fuera canonizado y sobre su tumba (al lado mismo de la catedral) se levantará una novena capilla, con lo que ahora suman 9 sobre las que hay una gran torre y los ocho bulbos multicolores y sobre ellas 9 grandes cruces griegas doradas.

Iván el Terrible siempre odió a los boyardos, los nobles de la antigua Rusia, porque ellos no querían que un zar tuviera todo el poder en sus manos. Cuando murió su primera esposa, Anastasia Romanova, Iván creyó que los boyardos la habían envenenado. Esto amargó aún más su carácter y aumentó su crueldad, debido también a un seguro trastorno psicológico. Su único heredero fue muerto por sus propias manos golpeado por el cetro real en la cien en una disputa de familia.

Durante la era comunista, la catedral escapó de poco a la destrucción. El propio decano de la Catedral fue fusilado en 1918 como muchos otros religiosos y religiosas. Acto seguido la catedral fue situada bajo la protección del Estado quién confisco los bienes y campanas y la convirtió en museo en 1923. Ya para 1929 se prohibió completamente entrar a la misma. En ese momento pasó bajo la tutela del Museo Histórico del Estado, del cual es filial aún en nuestros días.

Stalin, para demostrar su poder, cada 7 de noviembre, fecha de aniversario de la Revolución de Octubre, amaba hacer grandes desfiles militares y en 1930, para facilitar la circulación de los vehículos militares por la Plaza Roja, destruyó la Puerta de Resurrección que databa de 1534 y la Iglesia de Nuestra Señora de Kazán de la misma época. La primera fue reconstruida en 1995 y la segunda en 1993 como eran en otros tiempos.

También en la Plaza Roja se encuentra el mausoleo de Lenin, que tiene restringido horario de abertura, y ante el cual ya no se agolpan las multitudes como antaño.

Moscú es una gran capital, hermosa, con espléndidos ejes y jardines, restaurantes para todos los gustos, abundantes museos con inimaginables tesoros. Es un destino caro y no hablar el idioma es un hándicap importante pero, a pesar de todo, es una visita fuertemente aconsejada.

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Franck Antonio Fernández Estrada

traductor, intérprete, filólogo ([email protected])

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