Columnas

Educación, economía y empleo

Antropos

Carlos Fuente afirma en Conferencias políticas: educación, sociedad y democracia,  que “en toda economía la educación le dará al individuo las armas para aumentar la capacidad productiva de la comunidad” (pág.33). Precisamente porque habrá que comprender que los modelos educativos se han derrumbado y tal parece que las fuerzas motrices que arrastraban el mundo se han esfumado ante la diversidad de crisis que enfrentamos hoy día. Por esto es importante considerar como principio básico, la educación para el empleo, convertido este en un planteamiento transversal de la educación para la vida activa. Se trata que el estudiante no se limite solamente a almacenar conocimientos, a ampliar sus horizontes de formación, sino a  desarrollar competencias y destrezas para la vida diaria, para la vida del empleo en las condiciones del presente y el futuro. Exige al estudiante y a la sociedad su implicación responsable en la búsqueda de soluciones. Hoy día, se señala  en el libro El espacio cultural latinoamericano, “hay una enorme cantidad de saberes, de modos de saber, que están adquiriendo un valor incluso mayor que los saberes curriculares, en función de los nuevos mapas laborales, que no están pasando por la escuela o, por lo menos, no dependen de ella. Algunas escuelas los están empezando a incluir, pero la mayoría no. Hay una escuela fuera de la escuela y esto es cada vez más visible, más denso” (pág.115).

Esto explica la preocupación que  existe por la educación, valorada como una de las salidas a la crisis, pero integralmente unida a un proyecto nacional donde se compagine con elementos como la economía, la salud, la innovación tecnológica, emprendedurismo y  seguridad ciudadana. O mejor dicho por Carlos Fuentes: “la educación se ha convertido en la base de la productividad. Entramos al siglo XXl con una evidencia: el crecimiento económico depende de la calidad de la información y ésta de la calidad de la educación” (pág.33). En pocas palabras, advierte Fuentes que “el desafío de la educación, hoy, es educar a los trabajadores agrícolas, industriales o tecnológicos porque sólo la educación puede asegurar que en cada una de esas ocupaciones la calidad del producto sea la mejor posible: mejor agricultura, mejor industria, mejor tecnología” (pág. 33). 

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