Columnas

Trabajo a tiempo parcial, una oportunidad

Evolución

En junio de 1994 se adoptó en la Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo el Convenio sobre trabajo a tiempo parcial, conocido como Convenio 175. El convenio entró en vigencia en febrero de 1998, luego de que al menos dos estados miembros registraran su ratificación ante la Oficina del Director General de la OIT. En febrero de 2017, o sea 23 y 19 años después, respectivamente, de esos acontecimientos, el Congreso de la República de Guatemala finalmente aprobó dicho convenio, pese, incluso, a la oposición de los trasnochados de siempre que por décadas han prevalecido y se han impuesto en su lucha por mantener a Guatemala en el subdesarrollo, en concordancia con su ideología miserable y destructiva, a la cual muchos aún se aferran. Esto no fue más que una pequeña derrota para ellos y apenas un paso en la dirección correcta de la flexibilidad laboral, uno de los componentes tan indispensables para poder dotarle de oportunidades de trabajo a una buena parte de la población tan necesitada de empleos formales, al grado que hoy migran en un éxodo de desesperación. Dos años y medio después, el 27 de junio de este año, el Ministerio de Trabajo finalmente publicó el Acuerdo 89-2019 que contiene el respectivo Reglamento de dicho convenio, por lo que, finalmente, la contratación  a tiempo parcial será una realidad en Guatemala a partir de mañana. Haga cuenta de los lapsos de tiempo y vaya usted a saber cuáles han sido las prioridades de la mezquina clase política en Guatemala.

En diciembre de 2018 escribí sobre la visión errada que predomina en Guatemala sobre los salarios y la flexibilidad laboral. Puede ver el artículo acá: https://elsiglo.com.gt/2018/12/13/el-problema-no-es-el-salario-minimo-es-la-baja-productividad/. Un salario no es más que la remuneración a la productividad del trabajador. Así lo dictan las leyes de la dinámica económica, independientemente de si alguien lo quiera entender o no. Por ende, a mayor productividad de un trabajador, mayor será la posibilidad que tenga de percibir una mayor remuneración por su trabajo. El otro factor es la demanda de mano de obra que exista en una economía, tanto en términos generales como en términos específicos con relación a las particulares habilidades de una persona. En resumen, a mayor demanda de mano de obra calificada, mayores serán los salarios que las empresas que demandan mano de obra estarán dispuestas a pagar para contratar trabajadores más productivos. Un tercer factor vendría a ser la inversión en bienes de capital porque éstos aumentan la productividad de trabajadores calificados. Para este tercer punto, la solución está en reducir o mejor eliminar los impuestos que castigan el rendimiento de las inversiones de capital y las desalientan, siendo el principal el Impuesto Sobre la Renta. El mejor ejemplo de esto lo ha dado Estados Unidos recientemente. Una reducción significativa del Impuesto Sobre la Renta les ha generado los niveles de desempleo más bajos en décadas a la vez que ha mejorado sustancialmente los ingresos reales de los ciudadanos.

Volviendo al tema de la productividad, precisamente uno de los puntos que enfatizaba en el artículo citado, y que reitero, es la importancia de contar con mecanismos que les permitan a los trabajadores cuya productividad es más baja, sea por falta de educación, experiencia, capacitación, etc. poder generar para sí mismos medios suficientes para que puedan adquirir los conocimientos, habilidades y técnicas que les permitan en un futuro optar a trabajos mejor remunerados una vez cuenten con las herramientas y aptitudes que les hagan ser más productivos. En ese sentido, el trabajo a tiempo parcial puede ser una muy buena opción.  Un joven, por ejemplo, que consiga un trabajo a tiempo parcial podría, desde aportar al sostenimiento de su hogar, hasta costearse algún estudio técnico vocacional o universitario, mejorando su perspectiva hacia el futuro, la cual, hasta hoy era menos prometedora debido a que tenía vedada esa posibilidad gracias a erradas  decisiones políticas basadas en esa ideología aberrante que muchos aún defienden.

TEXTO PARA COLUMNISTA

Lea más del autor: https://elsiglo.com.gt/2019/06/27/los-enemigos-de-los-migrantes/

Alejandro Baldizón

Abogado y Notario, catedrático universitario y analista en las áreas de economía, política y derecho.

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