Columnas

Final de un gobierno e inicio del otro

Antropos

La información ya está dicha de manera pública y oficial por  el Tribunal Electoral. Van a la segunda vuelta los políticos que están a la cabeza de las organizaciones: VAMOS y UNE. Cada una de estas fuerzas políticas con sus propias características. La UNE, se autodenomina como un partido socialdemócrata, que por cierto ya hizo gobierno con el Ingeniero Alvaro Colom. La organización política denominada VAMOS, es el otro vehículo electoral. Esencialmente, a estas alturas de las circunstancias históricas, tanto nacionales como internacionales, llena de tantas complejidades, dificultades y problemas centrales a nivel mundial, no se distinguen, el uno del otro. Sólo percibimos algunos matices. Dicho en términos generales, no podríamos señalar tentativamente las diferencias ideológicas o visiones del mundo sustantivamente conceptuales que las conviertan en dos polos opuestos.

Obviamente la preocupación que se cierne en el ambiente, se encamina a pensar que nos vamos enfrentar indefectiblemente, a un nuevo gobierno a partir del mes de enero de 2020.  Considerando que el mundo se ha vuelto más complejo, en el que se asoma una crisis de orden económica mucho más profunda de la que hasta ahora vivimos. Por el otro lado que ya no hay fronteras nacionales porque la globalización económica, financiera, mercadológica, tecnológica y medios de comunicación, nos tragó como país. Con el agravante que no hay sentido de identidad nacional y no hemos logrado valorar hasta hoy, una conciencia ciudadana.

Cerca de nosotros hay naciones que se debaten entre el miedo y la esperanza, como Venezuela, que después de ser un país rico con una naturaleza exuberante, está al borde del colapso. Asimismo observamos con cuidado lo que también sucede en Nicaragua con el terco hegemonismo de su Presidente Daniel Ortega, en donde se conculcan las libertades individuales. Contrariamente a estos ejemplos, arribó como un rayo de luz Nayib Bukele, el joven Presidente de la República de El Salvador, lúcido, talentoso y con talante, que en pocos días a caminado en la solución de temas sustantivos que sus antecesores no tuvieron voluntad política para poderlos resolver.

El contraste de estas  dos experiencias políticas se pintan de esta manera, unos subyugando a los ciudadanos y el otro, abriendo avenidas para el desarrollo de una nación que el gran poeta Roque Dalton llamó el pulgarcito de América. ¿A quien tomar como ejemplo para el caso de Guatemala? El tiempo lo dirá.

Por ello en nuestro país, solamente recordemos lo que se ha dicho hasta la vastedad que urge un cambio generacional, no sólo de personas, sino principalmente de ideas.  Aquellas que sean nuevas, generosas con la vida y con la ilusión de una sociedad con justicia.  No debemos seguir cabalgando con lo viejo en el ámbito del accionar político.  Lo añejo sólo es bueno para los rones y vinos, así como para los grandes pensadores que siguen ilustrando a la humanidad, pero la vida que nuestro país necesita, exige superar ese pasado lleno de artimañas, mentiras, manipuleos y corrupción.  No podemos seguir alimentando a los que hacen negocios de escuálidos presupuestos nacionales.  No podemos aceptar que hagan comercio permanentemente con el hambre de nuestros niños.

Requerimos nuevas energías para encaminar al país hacia un lugar en el cual nos podamos distinguir por hacer cosas buenas que dignifiquen en serio a la persona humana y a su entorno natural.

Sin embargo, en lo personal al igual que muchos ciudadanos, soy un poco optimista acerca del futuro, porque no veo que se logre superar esa voracidad individualista de ganar cueste lo que cueste.  Necesitamos en este aquí dramático y triste, en donde con el corazón en la mano y la razón en la otra, podamos contribuir para que el país no se convierta, en un pantano y en amplios campos desérticos que ya están a nuestra vista los primeros.

El hambre, la desnutrición y las consecuencias del cambio climático, como problemas centrales están allí y no veo entre los candidatos a ser electos, una propuesta concreta que se convierta, en su gobierno, en una acción de voluntad política capaz de llevar a cabo, sin miedo, sin temor y sin componendas con el estatu quo. Pero en todo caso, el futuro lo dirá.

TEXTO PARA COLUMNISTA

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