Columnas

El rumbo de la justicia en manos de los abogados

Pensamiento Crítico

Las comisiones de postulación ha sido el sistema de elección preferido para ciertos funcionarios públicos, en el sistema legal guatemalteco, y monopólicamente destinados para quienes lideran el sistema de justicia: el Director del Instituto de Defensa Pública Penal, el Fiscal General de la República y Jefe del Ministerio de Público, y los magistrados de las Salas de las Corte de Apelaciones y de la Corte Suprema de Justicia.

La elección de magistrados para las Altas Cortes del país es y ha sido una elección determinante para la construcción del país. En el sistema de frenos y contrapesos y la división de poderes, cuyo precursor más reconocido ha sido Charles-Louis de Secondat, barón de Montesquieu, el órgano del poder judicial cobra especial relevancia, pues constituye un pilar esencial para la construcción del Estado de Derecho. El Estado está dividido en tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, que aspiran al equilibrio.

En Guatemala siempre ha sido subestimado, opacado por las elecciones de los poderes ejecutivo y legislativo. En gran parte porque el destino de Organismo Judicial ha sido destinado, legalmente, a la decisión de los abogados. Sin embargo, la elección de sus autoridades guarda gran relevancia para todos los guatemaltecos. La falta de equilibrio entre los poderes del Estado, derivado de la falta de fortaleza del poder judicial, construye un sistema de impunidad.

Tener el sistema judicial que anhelamos es un camino difícil. No es casualidad que la norma constitucional que regula el “derecho de defensa” prevea que “ninguna persona puede ser juzgada por Tribunales Especiales o secretos, ni por procedimientos que no estén preestablecidos legalmente”, ya que la justicia guatemalteca ha pasado por pasajes obscuros, donde la arbitrariedad ha predominado.

Actualmente vivimos en una situación especial para el sistema judicial. Existe un reto importante frente a la elección de quienes tomarán las decisiones de postular a quienes fungirán como jueces en las Salas de la Corte de Apelaciones y de la Corte Suprema de Justicia. En los últimos años se ha evidenciado la cooptación del Estado, las prácticas corruptas y la colusión en el aparato de justicia.

Si no queremos que la podredumbre se instale y perpetúe en el sistema de justicia, es momento de terminar con el tráfico de influencias de quienes únicamente luchan por sus intereses personales, quienes procuran crear un sistema de impunidad.

Este viernes los licenciados en ciencias jurídicas y sociales, abogados y politólogos tienen la obligación de votar por quienes representarán al gremio con dignidad. Instemos por preferir la honradez, imparcialidad y, sobre todo, la decencia al momento de elegir a quienes estarán integrando la postuladora.

¡Urge recuperar la justicia! Es necesario elegir personas íntegras que elijan perfiles óptimos frente a los grupos traficantes de influencias. El compromiso con el país pasa por promover la elección de postuladores responsables y honrados. El rumbo de la justicia está juego.

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