Columnas

Carta a Trump

Teorema

Distinguido señor Donald Trump,
Recientes declaraciones suyas amenazaban directamente a los habitantes de Guatemala. Dijo que se proponía desarrollar serias, muy serias, acciones contra nuestro precario bienestar. Advirtió que gravará las remesas que personas nacidas aquí pero que trabajan en Estados Unidos envían a sus familiares. También nos intimidó diciendo que elevará los aranceles a los productos que exportamos a los mercados norteamericanos. Finalmente advirtió que personas nacidas en Guatemala no podrán ingresar a su país. Esto último lo consumó con niños que debían participar en una competencia deportiva.

Entiendo que sus amenazan superan su poder como presidente constitucional de Estados Unidos. Que la Corte Suprema y el Congreso, no están a sus órdenes y se manejan con constitucional autonomía. Entiendo también, que existe un tratado comercial ―CAFTA― que su gobierno debe honrar. Empero, pretendo comentar aquí sus amenazas como si usted, despóticamente, pudiera llevarlas a término de inmediato.

Las remesas con las que usted busca causar temor al débil gobierno guatemalteco, forman parte del dinero que trabajadores nacidos en este país, ganan después de arduas tareas en Estados Unidos. Usted estará consciente de que ellos, en su inmensa mayoría, ejecutan los trabajos más duros y que perciben las menores remuneraciones. Las remesas representan un hermoso gesto de esos hombres para con sus familiares. Son una expresión de amor, de solidaridad para con su esposa, hijos, hermanos o padres. Que ellos vayan a trabajar allá debiera verse como lo que es, un sacrificio, un acto de valor, una acción que enaltece el espíritu humano.

El monto de las remesas, es de indiscutible importancia para la economía de Guatemala. Crece más que diez por ciento cada año. De tal manera que si usted grava las remesas 10% regresaría ese total a lo que se recibió el año anterior. Si lo castigara 20%, lo regresaría al monto de dos años atrás. Si lo castiga 50%, entonces no se sorprenda si esos despojados familiares se convierten en migrantes ilegales y se van a vivir allá. Pregúntese, señor Trump, ¿cómo percibirán sus electores que usted esté pauperizando aún más a esas familias? ¿Está seguro que tal acto ayudaría a que sus electores lo reelijan el 3 de noviembre de 2020?

Si usted grava las exportaciones de Guatemala a Estados Unidos, señor Trump, entonces sí nos causa un grave aprieto. Los productores locales no tendrían tiempo de buscar nuevos mercados. Muchas empresas no soportarían el gravamen y tendrían que cerrar. Habría desempleo. Ante tal panorama nuestro gobierno posiblemente intervendría pagando el impuesto adicional. Habría necesidad de crear un nuevo impuesto o elevar la tasa de uno existente, del IVA, por ejemplo. Puesto en números, 1% sobre el valor de las exportaciones a EUA significa 0.12% de aumento en el IVA. Pero hay que tener presente que Guatemala importa de EUA casi el doble de lo que le exporta.

El asunto de las visas a Estados Unidos es la menos dañina de sus amenazas, señor Trump. La gente viaja a Estados Unidos, por placer, por negocios o como escala de vuelo. Muchos empresarios ya utilizan video-conferencias. Otros aprenderían pronto. Quienes utilizan un aeropuerto norteamericano como puerto de escala lo sustituirían por México o Panamá. Quienes van a vacacionar a Disney, muy pronto se percatarían de que el turismo interno tiene mucho que ofrecer, que Sudamérica es maravillosa o que un vuelo a Europa es solo un poco más costoso que ir a Houston, Miami o Los Ángeles. A quienes más afectaría su amenaza es a los jóvenes guatemaltecos que estudian en EUA. En su mayoría, ellos pertenecen a familias adineradas y pueden concluir sus estudios aquí o en otros países.

Usted ha sido innecesariamente insolente con Guatemala y con los guatemaltecos, señor Trump. Sin pensarlo dos veces nos ha clasificado como un país indigente y corrupto. Ha creado una “lista negra” y nos ha incluido en ella. Ha recriminado en público a nuestro gobierno de hacer poco por contener el narcotráfico que con destino hacia Estados Unidos atraviesa Guatemala.

Regañado, el presidente Morales bajó la cabeza. Imagine, señor Trump, que Morales hubiera respondido de otra manera. Que hubiera cobrado consciencia de estar representando la dignidad de todos los guatemaltecos ¿Y si le hubiera contestado que no es cosa nuestra cuidar los intereses de Estados Unidos en Guatemala? Visualícelo que, además, levantando su propio dedo hacia su altanera figura hubiera reprobado lo poco que usted ha hecho para contener la distribución y consumo de narcóticos dentro de su país. ¿Y si además lo criticara por favorecer el aumento del número de narco adictos en sus ciudades cuando liberó el consumo de mariguana?

Ciertamente, no se puede esperar una actitud así del presidente Morales. Sin embargo, usted debería saber que aquí hay un dicho popular que expresa: “Respeto quiere respeto”. Convendría que alguien le explicara lo que significa y sus alcances.

Permítame decir, señor Trump, que Guatemala es un país más importante que lo que usted parece creer. Somos importantes porque en nuestro territorio se asientan extensos bosques que favorecen la vida del entero planeta. Nuestro subsuelo posee gran variedad de minerales sin explotar. Tenemos agua en abundancia proveniente de lluvias que renuevan anualmente nuestros ríos y lagos. A diferencia de ustedes, nosotros conservamos gran variedad de tradiciones ancestrales que nos definen como uno de los pueblos más antiguos de América y aun del planeta. Tan antiguos y evolucionamos que los arqueólogos no dejan de sorprenderse ante sus recientes descubrimientos.

También somos importantes por la calidad humana de nuestros habitantes. Además de ser, en su inmensa mayoría, una población educada, amable, cortés, hospitalaria, respetuosa… el guatemalteco es, en términos generales, un hombre honrado, trabajador y diligente ¿Sabía usted que en Centro América, México y Estados Unidos los empresarios prefieren trabajadores guatemalteco a los de otras nacionalidades? Además, entre ellos predomina un espíritu empresarial más alto que en ningún otro. El 80% de la población laboral trabaja por cuenta propia. ¿Se da cuenta de cuántos empresarios tiene, necesariamente, que haber entre ellos? En Guatemala, lo verdaderamente difícil es comprender cómo es que seguimos siendo pobres.

Las anteriores reflexiones sobre por qué somos importantes a usted difícilmente lo conmueven. Ya la historia registra a un personaje que además de tomar y saquear Alejandría, quemó su Gran Biblioteca, otro que incendió Roma y a uno más que hizo estallar bombas atómicas en Japón. Por eso quiero examinar por qué Guatemala es particularmente importante para Estados Unidos. Si estuviéramos localizados al Sur de la Patagonia, lo seríamos mucho menos. Pero nuestra posición geográfica es privilegiada. Quienes saben de geopolítica lo confirman todo el tiempo. Somos la frontera del NAFTA (tratado comercial de Norteamérica) y somos uno de los muy pocos países con cuatro fronteras. En 1945-54, la entonces URSS desafió a USA en Guatemala. Entre 1960 y 1982 la guerra fría dejó de serlo aquí, y se calentó. Alrededor de 1850 el conflicto fue entre USA e Inglaterra pero se mantuvo a nivel diplomático.

Me pregunto, ¿cuál sería su reacción si consiguiéramos que Huawei instalara una planta ensambladora de sus teléfonos aquí? ¿Qué pasaría si abriéramos nuestro territorio a inversiones chinas o rusas? Entre dos Estados con fuerzas desiguales no puede apelarse a la justicia. Para que esta suceda ambos deben ser igualmente poderosos. Sin esa paridad, el débil debe aceptar ser dominado por el fuerte. ¿Acaso nos invadirían sus marines como ya lo hicieron en Panamá, Honduras, Cuba, República Dominicana, Haití y la pequeña y débil Granada?

TEXTO PARA COLUMNISTA

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José Fernando García Molina

Guatemalteco, 67 años, casado, dos hijos, ingeniero, economista.Tiene una licenciatura en ingeniería eléctrica de la Universidad de San Carlos, una licenciatura en ingeniería industrial de la Universidad Rafael Landívar –URL–, una maestría en economía en la Universidad Francisco Marroquín –UFM–-, estudios de especialización en ingeniería pentaconta en la ITTLS de España.

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