“La paridad no tiene impacto si no se tiene la capacidad”
El exmagistrado de la Corte de Constitucionalidad (CC), Mario Pérez Guerra, dice que solo se requieren dos cambios constitucionales: artículos 44 y 118, a fin de garantizar la continuidad de políticas públicas. Además, cree que más que paridad, debe existir idoneidad en la elección de funcionarios y en candidatos a cargos públicos. Aquí el detalle de su propuesta, en la que incluye la no reelección.
¿Es prudente que los guatemaltecos se planteen en este momento reformar la Constitución?
-Debe hacerse en lo referente a los artículos 44 y 118. En el primero en lo referente a los derechos inherentes a las políticas de Estado. Lo ideal sería agregarle que “el Estado de Guatemala tenga visión de políticas públicas”. Desde luego, esto tiene que someterse a consulta popular. En el caso del 118, se puede legislar por medio del Congreso. Todo el enfoque de esta nueva ley que proponemos es para que se incluya “visión de políticas de Estado”, que es lo más prudente a reformar, a fin de evitar que cada autoridad camine por su lado.
¿Cree que hay otros cambios por hacer en la Constitución?
-Los cambios que le indiqué son suficientes; lo demás, referente a la seguridad y justicia, vendrá por añadidura. Algunos dicen que no hay condiciones para hacerlo, pero lo tenemos que propiciar nosotros.
¿Qué otras reformas deben impulsarse por considerarlas de interés para la población?
-Todo se enfoca en que se debe tener una política de Estado que esté sobre las demás, por eso pensamos en impulsar la ley que le mencioné, la cual conlleva otros cambios.
¿Cree que hay más leyes que demanda la población a reformarse?
-La población apoya aquellas que satisfagan sus necesidades, porque tenemos que tener un marco constitucional que así lo dictamine. Al reformarse los artículos 44 y 118 se puede lograr mucho.
¿Está de acuerdo con el dictamen que dio la CC para la Ley Electoral y de Partidos Políticos?
-No me gusta la reforma que se hizo o se está haciendo, porque no viene a beneficiar a la población en nada. En cuatro años veremos que es la misma cosa y no hay cambios sustanciales para evitar los vicios del pasado.
Se habla mucho de la paridad de género, o que sean más mujeres en relación con los hombres, pero esto en general no va a tener impacto si no se tiene la capacidad en ambos sexos. Escuché recientemente que habían cambiado la fecha de convocatoria y pregunto: ¿qué impacto tiene esto en la ciudadanía?
Hubo hace tiempo una asociación de pueblos indígenas que propuso un diputado por cada municipio, pero no es el número, es la calidad y capacidad de las personas que llegan al Legislativo y otras entidades.
Nosotros insistimos en una visión de Estado y políticas de Estado como una nueva ley. No tenemos una visión de largo plazo o una imagen de la Guatemala que queremos a corto y largo plazo. Cada quien hace lo que se le da la gana. Tenemos un presidente, un vicepresidente, 158 diputados y más de 300 alcaldes. Échele pluma a cuánta gente tenemos allí, y cada quien camina por su lado. No existe una visión. Se habló de un proyecto de nación, de visión de país, pero no hay nada. No puede ser que tanta gente decida qué hacer y sin beneficio para la población.
No puede haber un mosaico de visiones en Guatemala. Son necesarias las políticas públicas de Estado, pero convertirlas en estrategias de desarrollo a mediano y largo plazo. Insisto que el artículo 44 de la Constitución se reformaría por una asamblea nacional constituyente, y el 118 lo puede impulsar el Congreso.
¿En el caso de la Ley Electoral, qué reformas sugiere para evitar estas futuras situaciones similares?
-Diría que los cambios deberían ir en el orden de tres aspectos. La no reelección, que se puede cambiar no en la Ley Electoral sino en la Constitución. El apoyo financiero a los partidos debe darlo el Estado y diría que un tercer aspecto sería la creación de un instituto de capacitación política.
¿Ve que debe haber reformas en la elección de magistrados, Fiscal General y otras autoridades?
-A mi criterio, en las comisiones de postulación debe haber solo un decano que represente a las universidades y no uno por cada facultad de derecho que exista. Lo que se busca es que no crezcan las comisiones de postulación.
¿Y esto en qué beneficia el proceso?
-Imagínese si dos personas no se ponen de acuerdo; si tenemos 100 o más, será peor.
¿Considera que el contenido de la Constitución no refleja la situación actual?
-Sí, la refleja; lo que pasa es que a la Constitución de Guatemala, y no solo la nuestra, le hace falta un eje.
¿Piensa que la Constitución ha estado en riesgo en los últimos tiempos?
-Diría que no; realmente no ha estado en riesgo. Creo que cuando se dio el conflicto armado interno lo estuvo un poco, esto en la época de los 80.
Con el caso Rosenberg, en el tiempo de Álvaro Colom, se pudo dar un rompimiento, pero no pasó. En las manifestaciones del año pasado se mostró civismo y madurez y tampoco hubo riesgo.
Muchos creen que las reformas a la Constitución no son viables por el tipo de diputados que tenemos. ¿Qué piensa?
-Es cierto, pero nunca van a haber diputados que uno diga estos son los correctos. Lo principal es que la gente se empodere del poder que tiene, pues la presión que ejerce la ciudadanía es muy importante para lograr cambios. No se necesita mucho. La población tiene en sus manos todo. Necesitamos gente valiente, que luche por sus derechos sin dañar vehículos, ni nada.
¿Es viable su propuesta de reformar los artículos 44 y 118?
-Esta propuesta es muy amplia; constituye una visión de Estado, es una cuestión compleja. Los sociólogos, los constitucionalistas no han encontrado esta visión tan importante. El Estado tiene tres elementos formales: el territorio, la población y el poder. Siento que estos conceptos no son muy amplios. El territorio lo cambié por patrimonio natural; en lugar de población, diría la sociedad, y en vez del poder, el ejercicio del mismo.
De qué me sirve un tipo con aspecto de santo si es incapaz; de qué me sirve un humano capaz si es sinvergüenza. La reforma va enfocada en tener funcionarios con criterio, valientes, independientes y capaces. Alguien que se anticipe a los problemas y no esté consultando a medio mundo qué hacer.
¿Estas reformas serían como ubicar a cada quien en su cargo público?
-Los funcionarios deben tener clara su función. Muchos diputados dicen que atienden a la población, cuando su función es legislar y hacer leyes. No tienen por qué estar llegando a los municipios o departamentos, cuando ahí hay un alcalde o gobernador que tiene la obligación de atender a la población.
Los diputados dicen que van a fiscalizar el presupuesto que aprobaron, pero su labor tampoco es fiscalizar, porque para eso hay una Contraloría.
¿Qué propone para evitar esto?
-En ninguna parte de la Constitución encuentro que los diputados tengan la función de fiscalizar; si la metieron en la Ley Orgánica del Congreso no se llama así. La fiscalización la usan como escudo por el famoso listado de obras. La fiscalización es actividad de la Contraloría. El legislador no tiene que meterse en eso. Proponemos en las reformas que haya tres controladores colegiados: uno que se dedique a fiscalizar obras, desde el inicio hasta la entrega. Otro en función administrativa y uno más para las instituciones.
¿En las reformas que propone, cómo enfoca la educación?
-He escuchado que los ministros que nombran en el ramo de Educación dicen que van a colocar computadoras en todas las escuelas, cuando lo primordial es formar ciudadanos con valores y que sean productivos. No importa cómo se haga, si es con computadoras o con otro tipo de material, ese debería ser el objetivo esencial.
De los valores que hablo salen de la formación de primaria, pasando por el diversificado y la universidad. Queremos ciudadanos sanos, física y espiritualmente. En el tema de salud proponemos la salud preventiva, y esto va en los engranajes de visión de Estado. Esto no es fácil, no es sencillo, esta reforma está contenida en la nueva ley que proponemos de políticas públicas de Estado. Nuestra reforma va encaminada a que ningún gobierno pueda detener una política que se implementó, sino fortalecerla.
¿La economía y la seguridad cómo encajan en su propuesta?
-Deben ser paulatinas, pero hay aspectos lógicos como que si no hay seguridad, una parte de la economía se resquebraja. La economía es un tema a largo plazo; hay que abrir mercados. Por ejemplo, si México tiene interés en un producto que podemos producir debemos agregar a la iniciativa privada para hacerlo realidad.
He escuchado lo del Corredor Seco y pienso que otros países con zonas desérticas han salido adelante. Somos productores natos de maíz y otros alimentos y a veces por falta de políticas no avanzamos. Otro problema que enfocamos en las reformas es la sobrepoblación y en ella va implícito hacer conciencia en las familias hacia la planificación. La idea es garantizar la vida de la población con proveerle servicios.
¿No cree que algunas de estas reformas ya están contenidas en algunas leyes?
-Podrán estar contenidas, pero de una manera general y abstracta. Si recuerda los acuerdos de paz son aspectos complejos, pero por eso no se han llevado a la realidad. Se necesita una política de Estado efectiva, pero estos acuerdos no se contemplaron como visión de futuro.
En nuestra propuesta de reforma que pueden encontrar en Chapines Despertando, de 47 páginas, se esboza todo lo que le describí. Como por ejemplo, homogeneizar los salarios en todas las entidades públicas; no puede ser que unos ganen más que otros. Otra reforma es cambiar el gasto de funcionamiento. No puede ser que el 95% se gaste en funcionamiento y 5% en inversión de obras. Proponemos que sea 60 y 40.
No es posible que el Gobierno alquile casas para tener sus oficinas. Son aspectos que no deben generar más costos al Estado. Creemos también que se cortan los procesos en el Estado con el cambio de período; pensamos que lo prudente es cambiar solo a ministros inicialmente y dejar a los viceministros técnicos que traen una secuencia del trabajo.
Finalmente, no debe haber reelección, porque ¿de qué ha servido al país? Las nuevas generaciones tienen derecho de estar ahí.
PROPUESTA
“Todo se enfoca en que se debe tener una política de Estado que esté sobre las demás, por eso pensamos en impulsar la ley que le mencioné, la cual conlleva otros cambios”.
LA PLAZA
“Con el caso Rosenberg, en el tiempo de Álvaro Colom, se pudo dar un rompimiento institucional, pero no pasó. En las manifestaciones del año pasado se mostró civismo y madurez y tampoco hubo riesgo”.
EDUCACIÓN
“He escuchado que los ministros que nombran en el ramo de Educación dicen que van a colocar computadoras en todas las escuelas, cuando lo primordial es formar ciudadanos con valores y que sean productivos”.