Brexit, Europa y el mundo
En los próximos días, el presidente Obama visitará Gran Bretaña como parte de una gira de despedida, que lo llevará a otros países. En Gran Bretaña, el viaje será aprovechado para expresar el apoyo de Estados Unidos a la campaña del primer ministro David Cameron, a favor de la permanencia de Gran Bretaña en la Unión Europea (UE), en el referéndum del próximo mes de junio.
“Será una misión diplomática arriesgada, comparable a cualquiera de las emprendidas en sus ocho años de presidencia”, escribió Simón Nixon en el Wall Street Journal.
“La estabilidad y cohesión de Europa”, señala Simon Nixon, “han constituido la piedra angular de la política exterior de Estados Unidos” y, continúa Nixon, “el referéndum constituye la prueba más grave para esa estabilidad y cohesión desde el final de la Guerra Fría”.
La visita del presidente Obama ocurrirá después de que el General Frederick “Ben” Hodges, jefe del ejército de Estados Unidos en Europa, expresara su preocupación de que el éxito del sí en el referéndum podría desintegrar a Europa y afectar negativamente a la OTAN. “El resultado del referéndum tiene un interés estratégico para nosotros”, señaló el general Hodges, según reporta el diario británico The Telegraph.
Las declaraciones del máximo jefe militar de Estados Unidos en Europa, fueron reforzadas por el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg. El jueves pasado, después de su entrevista con el primer ministro británico, Stoltenberg declaró, de acuerdo al Daily Mail, que la fragmentación de Europa sería mala para la OTAN y que la presencia de Gran Bretaña en Europa es clave para la seguridad internacional.
El Fondo Monetario Internacional también ha expresado su desacuerdo con la eventual salida de Gran Bretaña de la UE y señaló que ese factor pesa como amenaza para la economía global.
Esta presión internacional, ocurre en contraste con la cerrada competencia que las opciones del sí y el no mantienen en las encuestas. Tanto el seguimiento realizado por The Telegraph como por el Financial Times revelan técnicamente un empate entre ambas opciones. La presión internacional busca influir a favor del triunfo del no.
El Partido Conservador que domina el gobierno está dividido. El alcalde de Londres y otros altos dirigentes conservadores están por la salida de la UE.
El primer ministro Cameron está por la permanencia y el no, pero su popularidad está en niveles bajos y afectada por el escándalo de los “documentos de Panamá”.
En este contexto, señala el columnista de The Telegraph, John McTernan, el triunfo del no y la permanencia de Gran Bretaña en la UE dependen de una paradoja: el trabajo conjunto a favor de la permanencia del ala de Cameron del Partido Conservador con el Partido Laborista dirigido por Jeremy Corbyn, el Bernie Sanders de Gran Bretaña.
En su esperado discurso del pasado jueves 14 de abril, Corbyn se declaró partidario de la permanencia en la UE porque, reporta The Guardian, la salida de la UE significaría el sacrificio de los trabajadores en un mundo gobernado por los extremistas del Partido Conservador. Sería la hoguera de los derechos del trabajo. Un mundo, afirmó Corbyn, donde no habría derechos de maternidad, pago justo y otros derechos laborales. Solo en el marco de la UE, agregó Corbyn, se pueden proteger esos derechos.
En el referéndum del próximo 23 de junio en Gran Bretaña, que será una disputa muy cerrada, el ala de Cameron del Partido Conservador y el Partido Laborista estarán aliados por la permanencia y el no al Brexit.
“El referéndum (sobre la permanencia de Gran Bretaña en la Unión Europea) constituye la prueba más grave para esa estabilidad y cohesión desde el final de la Guerra Fría, señala Simon Nixon