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Familia de menor desaparecido en 1981 espera que 4 militares sean juzgados

La familia de Marco Antonio Molina Theissen dijo este lunes que espera que los cuatro militares retirados capturados el pasado 6 de enero sean juzgados por la desaparición del menor de 14 años ocurrida en octubre de 1981.

La hermana de Marco Antonio, Lucrecia, acompañada de activistas humanitarios, explicó en rueda de prensa que mañana se celebrará la etapa intermedia del caso en la que la jueza Judith Secaida, del Juzgado Quinto, decidirá si envía o no a juicio oral y público a los cuatro arrestados.

Se trata del ex jefe de inteligencia del Estado Mayor del Ejército, Manuel Antonio Callejas y Callejas y el excomandante de la base militar de Quetzaltenango y miembro de la Junta Militar de 1982, Francisco Luis Gordillo Martínez.

También Edilberto Letona Linares, quien fue segundo comandante en Quetzaltenango, y Hugo Ramiro Zaldaña Rojas, oficial de inteligencia de esa misma base militar.

Los cuatro se encuentran en prisión preventiva acusados de los delitos de desaparición forzada y lesa humanidad, denominado en la legislación guatemalteca como deberes contra la humanidad.

A 34 años de la desaparición

«Después de 34 años de impunidad en la desaparición de mi hermano y la detención ilegal, torturas y violaciones sexuales sufridas por mi hermana Emma a manos del Ejército, esperamos que la jueza envíe a juicio a los imputados», dijo Lucrecia.

Resaltó que la acusación es «bastante sólida» para mandarlos a juicio porque los delitos que cometieron son «atroces».

«No se puede hablar de democracia en Guatemala si no hay justicia para las desapariciones forzadas», sostuvo.

Recordó que en 2004 la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó al Estado de Guatemala por la desaparición forzada de su hermano, ocurrida el 6 de octubre de 1981, y recomendó una serie de reparaciones para la familia, algunas de las cuales, como el pago de una indemnización, que ya ha sido cumplida.

Sin embargo, agregó que falta que se ubiquen y se entreguen a la familia los restos de Marco Antonio y que se cree un banco genético de datos.

«Si los cuatro sindicados son enjuiciados, sería una esperanza para los familiares de las víctimas y sobrevivientes del conflicto armado para continuar en la lucha por la verdad y la justicia», enfatizó.

En su opinión, la desaparición de su hermano fue una represalia contra su familia por rechazar a los regímenes militares.

El conflicto armado que acabó en diciembre de 1996, dejó unas 250 mil víctimas, entre muertos y desaparecidos.

Foto: Archivo S.21