100 Días de Moralejas
Juan Manuel Rodríguez García
Mercadólogo
Estamos en tiempos de aniversarios y fechas clave: a un año del destape del caso de “La Línea” y a 100 días del gobierno de Jimmy Morales. Vaya cosas, resulta que hace un año nos espantábamos descubriendo el saqueo que estaban realizando a su antojo Pérez y Co. Ltda.
Por cierto, tan chistoso Otto que el día miércoles en la audiencia por caso TCQ, con aires campantes de “aquí no pasó nada”, sale respondiendo a los reporteros: “cosas que le inventan a uno; ustedes espérense y ya van a ir entendiendo todo”. El cinismo, definitivamente, no desaparece ni con la humillación que pueda estar viviendo por estar preso. Vaya cuerudo.
Pero, el punto de esta columna es una reflexión. Hoy se cumple un año del shock que sufrimos todos juntos, y las reacciones masivas que se lograron. Hoy algunos minimizan los 100 mil “pelones|” de la Plaza, y que los cambios no se dieron por la presión ciudadana que existió, que creer eso sería ingenuidad.
Yo considero que no podrían estar más desacertados estos comentarios. Aunque es cierto que 100 mil personas representan una pequeña parte del total de la población, eran 100 mil personas que voluntariamente, aunque perteneciera a cualquier movimiento, filosofía política o cualquier motivo, pero voluntariamente, se acercaron a la Plaza. Y era un grupo de: profesionales, estudiantes, población económicamente activa, población pensante, gente del área rural que viajó hasta la capital porque quiso. No eran de aquellos acarreados, como los que tanto gustan las ratas que han pasado por Palacio, de hacerse acompañar.
Lastimosamente, en estos 100 días que lleva Jimmy Morales como Presidente, pareciera que ese espíritu y esas reacciones masivas que nos acompañaron el año pasado, se ven progresivamente apagadas y frustradas. Morales, en vez de representar un cambio contundente, que damos por entendido no se lograría en 100 días, demuestra que no existe un norte claro y que su brújula está completamente desubicada. Morales no entendió los reclamos y exigencias en la Plaza de la Constitución, al verse contradicho por él y su partido en reiteradas veces. Si no es por todos los procesos irregulares y poco transparentes de los que ha sido señalado en este poco tiempo, hoy recurre a su más triste fantasía de “estadista”: el Presidente anda eternamente en una campaña proselitista, de moraleja en moraleja, de elefante en elefante, queriendo caerle bien a su electorado. Un chiste por aquí, una incongruencia por allá. Vaya sorpresa, parece que no se ha dado cuenta, pero señor Morales, ¡Usted ya es Presidente! Y por lo mismo, en estos 100 días me deja asustado escucharlo, porque siento que ese recuerdo a circo de la Baldetti persiste en quedarse. Por favor, está a tiempo de enderezar el camino y demostrar que Guatemala puede tener a alguien mejor como mandatario.
No dejemos que se apague ese fervor patrio que vimos tan enardecido hace un año. Y señor Presidente: por un lado las moralejas, que se están volviendo más que todo un chiste. Los invito a que pasemos de la protesta a la acción y al señor Presidente, de la Moraleja a la acción.