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Para cuidar el agua se requiere de legislación

Wendy Sandoval 

Siglo 21

De acuerdo con los registros del Ministerio de Recursos Naturales, en Guatemala existen 142 lagunas y lagos, pero lamentablemente, el 90% de ellos está contaminado por el vertido de desechos industriales, domésticos, plásticos y todo tipo de basura y sustancias.

En cuanto a los ríos, los más contaminados son el Motagua y el Samalá, pues por ejemplo, el río Las Vacas, que es uno de los más contaminados, se une con el Motagua, que con una extensión de 486.55 kilómetros es el más largo del país.

También está el río Villalobos, que se ha convertido en río de aguas negras, debido a que recibe miles de toneladas de aguas servidas y desechos sólidos de buena parte de la ciudad capital.

El ambientalista Antonio Mateu señala que, en Guatemala, más del 98% de los afluentes tienen contaminación por coliformes fecales, lo que significa que el agua de las casas, colegios, fábricas, industria y centros comerciales llega a los afluentes sin ningún tratamiento.

“Los afluentes se han ido transformando en desagües que apestan y deterioran la calidad de vida de los habitantes de zonas urbanas; lo peor del caso es que los vecinos gastan mucho dinero en vicios y no quieren pagar Q25 para el mantenimiento de una planta de tratamiento de aguas servidas”, señaló.

Explicó que en todos los ríos y lagos del país se encuentran llantas, bolsas y envoltorios de plástico, lo que provoca la muerte de especies animales que habitan estos afluentes, aparte de que acelera el deterioro del ecosistema que los rodea.

Según el artículo 68, inciso a) de la Ley marco para regular la reducción de la vulnerabilidad, la adaptación obligatoria por los efectos del cambio climático y la mitigación de gases de efecto invernadero, las municipalidades son las responsables de la construcción de plantas de tratamiento  para mitigar la liberación de los desagües hacia los ríos.

También emiten las licencias de construcción de fábricas, lotificaciones y condominios, las que deben tener como requisito no negociable la instalación de plantas de tratamiento de agua, así como programas de recolección y clasificación de deshechos para que estos no lleguen a los afluentes.

HABLA EL CONGRESO

Dentro de las regulaciones que se analizan en la Comisión de Recursos Naturales del Congreso de la República, están las acciones que ligan y responsabilizan a las comunas y directamente a los alcaldes sobre las autorizaciones, el manejo de vertederos municipales y el cuidado directo de los afluentes de agua.

No obstante, existen actualmente 7 iniciativas de ley, que desde 2003 plantean diferentes escenarios y marcos regulatorios para la protección, cuidado y uso racional del agua, sin que hasta la fecha, ninguna de las propuestas presentadas se haya aprobado en el Pleno.

Para el diputado Boris España, integrante de la Comisión de Ambiente y Recursos Naturales del Congreso, los desacuerdos en la aprobación de las propuestas sobre  la Ley de Aguas radican en que las mismas están muy cargadas de temas ideológicos, étnicos y económicos, dejando de lado que la contaminación es algo que nos afecta a todos.

La propuesta del parlamentario es que en lugar de proponer una Ley de Aguas compleja y llena de conflictos, se trabaje en regulaciones para las diferentes problemáticas que se presentan en los caudales acuíferos.

Por ejemplo, que la contaminación por plástico sea sancionada con multas millonarias, aparter de obligar a formar fondos manejado por las autoridades comunitarias que sirvan directamente para la limpieza y recolección de todo plástico que contamine los afluentes. “El 100% de nuestros ríos está contaminado por plástico, así que pensamos proponer un arancel a los importadores de ese material”, señaló.

En cuanto a la contaminación por pesticidas y cultivos extensivos, se necesita la competencia directa del Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación (MAGA) que debe normar el uso de pesticidas, plaguicidas y demás químicos.

Además, está el tema de la delimitación territorial para el uso de la tierra en áreas como los márgenes de ríos y lagos, que muchas veces se ven invadidos por cultivos, a pesar de que según la ley, los terrenos a orillas de afluentes son pertenencia y competencia del Estado.

Respecto a la contaminación por drenajes y aguas servidas, el parlamentario señaló que es necesario que las autoridades encargadas de cuencas de ríos y lagos tomen en cuenta no solo las masas acuíferas,  sino también sus zonas de desembocadura, para regular y sancionar la colocación de desfogues de drenajes en ríos y lagos.

Ello, porque esta práctica ya es considerada común en algunas poblaciones del interior, a pesar de que es una de las principales causas de contaminación en nacimientos de agua y riachuelos.

CONTAMINACIÓN Y CONCIENCIA COMUNITARIA

Pero para Irma Gutiérrez, vicepresidenta de la directiva de los 48 cantones de Totonicapán, el cuidado de los mantos acuíferos no radica tanto en la aprobación de una Ley de  Aguas, sino en la organización comunitaria.

Según ella, eso ha marcado la diferencia y ha puesto a Totonicapán como ejemplo en cuanto a la conservación y cuidado de los recursos y bienes naturales, como ellos le denominan.

“Nosotros tenemos nuestras propias normas para el cuidado de los ríos y bosques y nos hemos opuesto a que grandes industrias de diferente índole se asienten en nuestro territorio y nos traigan contaminación”, dijo la entrevistada, indicando que en esse departamento y sobre todo en las comunidades indígenas, existen reglamentos internos para el manejo y cuidado del agua.

Irma Gutiérrez 

48 cantones

“Una ley de aguas no es necesaria, si la comunidad se organiza para cuidar sus recursos y bienes naturales”.

Antonio Mateu 

Ambientalista

“La responsabilidad de las autorizaciones en las orillas de los ríos es directamente de los alcaldes”.

Boris España

Integrante de la Comisión de ambiente y recursos naturales del congreso

“Todos los ríos están contaminados por plástico, por lo que los importadores deben tributar”.

Redacción

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