Editoriales

En las manos del “honorable juzgador”

En la diligencia de primera declaración del caso Cooptación del Estado, le llegó el turno a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). Durante poco más de una semana, los abogados de este ente escucharon las declaraciones de varios de los implicados en el caso, incluidos el expresidente Otto Pérez Molina y la exvicepresidenta Roxana Baldetti.

A lo largo de esas horas, no faltaron los reclamos y hasta uno que otro insulto en contra de los abogados de la Cicig, sin faltar los respectivos dedicados al comisionado Iván Velásquez,  a quien de paso, Pérez Molina le recomendó visitar a un psicólogo. Baldetti, en cambio, llegó hasta a llamar misóginos al comisionado Velásquez y a los abogados de la Cicig. ¡Ah! por cierto, ella habló de “misogenia” y no misoginia como se debe.

Hubo un momento en el que el juez de Mayor Riesgo B, Miguel Ángel Gálvez, debió intervenir, pues Baldetti y uno de los abogados de la CICIG se intercambiaron algunas palabras, ya en tono un poco agresivo y personal.

La exvicemandataria acusó a todo el mundo de conspirar contra ella. Hasta habló de que en la Secretaría Nacional de Bienes en Extinción de Dominio (Senabed) se estaban robando utensilios y accesorios de sus propiedades incautadas y de las que se le acusa haber adquirido con dinero de origen dudoso. Pero si algo resaltó la exvicepresidenta, eso es la exigencia de pruebas en su contra, pues aseguró que no existían.

Veinticuatro horas más tarde tocó el turno a los abogados de la CICIG. Y en un estilo que parecía decir, pruebas querían, aquí están, la abogada Berenice Jerez inició su exposición ante el juez Gálvez, explicando punto a punto las acusaciones y presentando pruebas complementarias por cada punto, conforme avanzaba su discurso. La idea era dejar claro que las acusaciones no se sustentan exclusivamente en lo declarado por Juan Carlos Monzón, sino que todo fue contrastado y corroborado para disminuir la posibilidad de un fallo que tire por la borda el caso.

Así, paso a paso, la abogada fue confirmando cada acusación y respondiendo a las exigencias de Baldetti, mostrando documentos probatorios para cada evento incluido dentro del caso. Por supuesto que los abogados de la defensa también presentarán sus pruebas de descargo. No obstante, a decir de las vacías declaraciones de los acusados, es difícil pensar en qué tipo de pruebas podrían tener para defenderse.

Hoy es un día clave. Luego de los alegatos de la defensa, el juez Gálvez deberá  emitir su fallo. Su decisión debe girar en torno a si envía a juicio a todos, a unos o a ninguno. A decir de lo que ha pasado, pareciera que todos enfrentarán juicio oral. Pero el único que puede decidirlo es el “honorable juzgador”.

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