Columnas

Ecos de Tunguska           

Tunguska es una región de Siberia localizada a los 60° 55’ de latitud norte y 101° 57’ longitud este. Es una región boscosa, fría y de difícil acceso, en el centro de Siberia, en Rusia. Toda esa zona se conoce como la taiga siberiana, que deviene de una palabra de origen ruso que significa terreno inhabitado, boscoso y vasto. Los árboles que se dan allí son principalmente coníferas, es decir árboles altos, aunque delgados, entre los cuáles se cuentan abetos, pinos y cipreses. Este es un dato importante por lo que relataré a continuación.

El sol se estaba levantando por el Este a eso de las 7 de la mañana del martes 30 de junio de 1908; el frío se sentía intensamente a la orilla del río Tunguska, que es un tribu tario del Yenisei, y aunque es solo un tributario, se extiende por más de 1,680 kilómetros. El monótono silencio era perturbado por el canto de algunos piquituertos y otros pájaros, cuando de pronto se oyó un zumbido extraño. Una estela muy larga dividió en dos el cielo. Silencio total. Los pájaros dejaron de cantar. Un minuto y segundos después ocurrió una ensordecedora explosión. La tierra se movió como gelatina y lo siguiente fue que ¡ya no había árboles!  ¡Habían desaparecido! Ahora todos los árboles estaban tirados, todos en tierra, aplastados como si una mano gigante los hubiera apachado, hundidos y en llamas.

En 2,000 kilómetros alrededor hubo testimonios de personas. Un agricultor de la zona de Kezhma dijo, “en aquel momento estaba arando mi tierra en Narodima. Cuando me senté a tomar mi desayuno al lado de mi arado, escuché explosiones repentinas, como si fueran armas de fuego. Mi caballo cayó sobre sus rodillas. Una llama se miraba en el norte, sobre el bosque. Pensé que el enemigo estaba disparando. Luego vi que el bosque de abeto había sido doblado por el viento y pensé en un huracán”.

Otro testigo dijo “la división en el cielo se hizo más grande, y todo el lado norte estaba cubierto de fuego. En ese momento se hizo tan caliente que no pude soportarlo. Sentí como si mi camisa estuviera en llamas. Yo quería arrancarme la camisa y tirarla al suelo, pero entonces un ruido fuerte sonó y fui arrojado a unos pocos metros”.

Durante mucho tiempo no se supo qué fue lo que estalló en Tunguska, pero gracias a otro evento que ocurrió el 15 de febrero de 2013, hoy podemos sacar mejores conclusiones. En esa fecha, un asteroide del tipo carbonáceo, de 14 metros de diámetro, penetró en el espacio aéreo de Cheliabinsky, en los Urales rusos, con coordenadas 55° 09’ latitud norte y 61° 24’ longitud Este, explotando en el aire.  Primero se vio una estela que partió el cielo en dos, justo como narraron los testigos de Tunguska, luego la onda expansiva de la explosión llegó al suelo y rompió los vidrios de decenas de edificios, casas y establecimientos en toda la ciudad. Hubo más de mil heridos por cortaduras por los vidrios.

En 2013 ya hubo numerosas filmaciones que si usted las compara con los testimonios de 1908, son muy parecidos. Para mí está claro que los asteroides constituyen una amenaza real y ya hay dos muestras elocuentes.  ¿Y ahora qué hacemos.

Durante mucho tiempo no se supo qué fue lo que estalló en Tunguska.