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No puedo solo

La individualidad es atractiva por momentos. Resulta un alimento al ego intentar hacer las cosas por sí solo y creer que en soledad se podrán alcanzar los grandes sueños. Se presenta como un fenómeno natural, pues, salvo que usted haya nacido en un parto múltiple, lo hizo en soledad y eso puede formar la perspectiva de que no necesitamos de nadie para sobresalir. Se incrementa en la medida en que vamos creciendo, pues se nos exige ser autosuficientes, estudiar en soledad, resolver los exámenes y las pruebas por nuestra cuenta, sin pedir ayuda a nadie y mucho menos sin brindarla a los demás. Es cierto, la individualidad es atractiva por momentos.

Sin embargo, como muchas cosas en la vida, no todo lo atractivo es conveniente. Es atractivo ganar dinero fácil sin mucho esfuerzo, pero eso a la larga no dura. Es atractivo alterar nuestras medidas corporales con píldoras y métodos milagrosos, pero el efecto de rebote provoca una frustración aún mayor. No todo lo atractivo es conveniente, no todo lo atractivo nos ayuda, no todo lo atractivo es lo correcto a vivir. Se ha dicho que todo gran sueño requiere la intervención de más de una persona. Se nos dice, bajo el concepto de sinergia, que el resultado obtenido de manera conjunta es mayor que la suma individual de las partes, y se nos recuerda de manera constante, que dos son mejor que uno, porque si uno cae el otro lo levantará. La individualidad podrá tener sus resultados, pero son limitados. El trabajo conjunto posiblemente no dará resultados ilimitados, pero superará con creces lo que en soledad podamos conseguir.

Trabajar con otros no es siempre atractivo. Primero, se requiere inyectar una anestesia a nuestro ego, pues debemos reconocer que necesitamos de otros para lograr nuestros objetivos y se hace necesario unir nuestros sueños a los sueños de alguien más para avanzar. El tema del trabajo en equipo es complicado, porque más que una virtud es una decisión. Por mucho entrenamiento que una persona reciba en estos temas, por muchos libros que una persona pueda leer, por muchas competencias naturales que posea para integrarse a un grupo, ser parte de un equipo es una decisión.

La individualidad es atractiva por momentos, mientras que la integración de nuestro esfuerzo con los demás, no tanto; sin embargo, en la visión de vida que tiene se dará cuenta de la importancia que reviste integrar sus capacidades a un trabajo conjunto que genere mayores resultados. Vale la pena intentarlo, en la medida en que cada quien aporta lo que tiene, lo que sabe, lo que es, podrá ir comprobando que las ganancias compartidas generan mucha mayor satisfacción de manera integral. “No puedo solo” podría ser el reconocimiento que nos abra las puertas a un mundo de oportunidades.