Vida

John Lydon y la biografía del punk

El antiguo vocalista de los Sex Pistols no se disculpa con nadie.

Incomprendido y vilipendiado por aquellos que consideraban que la banda The Sex Pistols era una movida comercial por parte de su dudoso mánager, Malcom McLaren, es innegable que John Lydon, conocido como Johnny Rotten, voz cantante de los Sex Pistols, es una de las conciencias más lúcidas y críticas que tuvo el movimiento punk en Inglaterra. Lydon ya se había encargado de contar su versión de la escena que conmovió a Inglaterra y luego a los Estados Unidos en su libro de 1993. Ahora, con La ira es energía: memorias sin censura, vuelve para terminar de decir su verdad y, sobre todo, para pelearse con todas las opiniones distorsionadas de su propia biografía. Actualmente, Lydon se encuentra de gira con su banda PiL (Public Image Ltd), con lo cual confirma que el espíritu del punk no muere, digan lo que digan sus detractores.

Tiene ya 60 años, pero su espíritu sigue desafiante: John Lydon es una estrella de rock muy difícil de encasillar, incluso de describir. Aunque es una leyenda, claro: a los 19 años, con esa mirada de loco y toda su rabia de clase obrera en la voz fue el cantante de los Sex Pistols, la banda punk que cambiaría la cultura británica y extendería al movimiento entre la juventud mundial. Los Sex Pistols, un grupo extraordinario e incandescente, se extinguieron prontísimo, fueron un grito, un cúmulo de contradicciones y malentendidos, un signo de los tiempos, entre la publicidad, la autenticidad y la autodestrucción simbolizada en la triste y corta vida de Sid Vicious.

Su importancia cultural no está en duda. Pero Rotten/Lydon viene peleando con cómo se cuenta la historia de los Pistols desde la separación, desde 1978, después de aquella famosa gira por Estados Unidos cuando, con su pelo naranja y la decepción marcada en la cara cantó No Fun de los Stooges, bajó el micrófono y dijo: “¿Alguna vez se sintieron estafados?”. Y después se volvió a Londres y a formar otro grupo extraordinario pero conocido por pocos: Public Image Limited, PiL. Un grupo que demostró su amplitud musical, su inteligencia, su impecable gusto.

Lo que Lydon tenía para decir de los Sex Pistols quedó claro en su libro No Irish, No Blacks, No Dogs (1993): con su habitual sarcasmo y lucidez destroza a su mánager Malcolm McLaren, explica los orígenes callejeros de la banda –siempre se irrita cuando se les considera como una especie de mercaderes prefabricados: no lo fueron, en absoluto, pero esa idea se cimentó– y habla extensamente sobre Inglaterra, la política, el racismo, el sexismo, poniendo en su lugar a los Pistols como un grupo nacido de la clase trabajadora, representante de una juventud abandonada y aplastada por los segmentos dominantes y furiosa ante la desigualdad que desembocaría en el thatcherismo.

En su nuevo libro, La ira es energía, Lydon vuelve sobre los Pistols pero brevemente (es una manera de decir: el libro tiene 600 páginas) pero sobre todo se ocupa de intentar derrumbar todos los preconceptos que se puedan tener sobre él.

Redacción

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