Editoriales

Indicadores matemáticamente correctos, pero mentirosos

Sí, porque se trata de promedios que no dicen la verdad individualizada y cuyas variables pueden influir más o menos en la balanza del resultado.

El ingreso per cápita, por ejemplo, resulta siendo más bajo para quienes ganan muchísimo y demasiado alto para quienes ganan poco, que son mayoría.Y en el caso de la tasa de homicidios el crecimiento de la población puede hacer que la tasa disminuya volviéndola un espejismo, porque es probable que los homicidios en términos absolutos se mantengan o hasta hayan subido.

Siendo un poco más directos, podríamos decir que en 2009 la tasa de homicidios se colocó en 48 víctimas por cada 100 mil habitantes y  la cantidad de asesinatos rondaba los 15 casos diarios. Hoy día se habla de una tasa de 33 por cada 100 mil habitantes, es decir, 15 menos que hace siete años, pero la cantidad de homicidios diarios sigue igual. O sea, un dato realmente falso aunque matemáticamente verdadero.

Las cifras ofrecidas por el Grupo de Apoyo Mutuo en su monitoreo de la violencia, fundamentado en datos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), hasta el mes de julio pueden confirmar plenamente lo que afirmamos. Según esta entidad, en siete meses han muerto por causas violentas, 3,198 guatemaltecos.

Aunque con leves diferencias, lamentablemente al alza, el Índice de Progreso Social 2016, que evalúa a 133 países, ratifica los datos del GAM. Es más, nos posiciona en el sexto lugar entre los países más violentos del orbe, con 34.5 muertes por cada 100 mil habitantes.

Como se puede observar, sea una u otra la fuente, ambas coinciden en lo mal que estamos y lo violentos que somos como país. Los hombres conforman el género más afectado por este fenómeno. Pero el de las mujeres resulta preocupante, por cuanto duplica y hasta más de los índices mundiales. Mientras en el mundo el homicidio de mujeres promedia entre el 5 por ciento y el 7 por ciento, en Guatemala la cifra ha llegado a 13.5 por ciento. Ello a pesar de que con respecto al año anterior se registra una disminución del 4 por ciento, lo que significa que las cifras han sido superiores.

Y si se quiere ser más exhaustivo en el análisis, podemos decir que no solo somos violentos sino encima domina la saña. En solo 7 meses, 31 homicidios se reportan con personas desmembradas, una cifra que puede parecer baja, pero que si se compara con el año anterior cuando en los 12 meses hubo 36 casos, entonces sí es de preocuparse.

A la fecha, en Centroamérica solo Honduras y el Salvador tienen tasas de homicidio más altas que Guatemala. Pero como podría decirse en lenguaje popular, ese es consuelo de tontos. Tenemos que trabajar como sociedad en disminuir esos indicadores. Pero ello requiere remover las raíces de los problemas del país. Hay que bajar la pobreza y eso solo puede hacerse mejorando la educación y la salud del país, para que luego tengamos pobladores que permitan inversiones de mayor calidad que las que actualmente vienen a Guatemala.


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Redacción

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