Editoriales

Corre y va de nuevo la reforma fiscal

Si un tema ha desatado polémica y rechazo durante las últimas semanas, ese ha sido el de la reforma fiscal impulsada por el gobierno de Jimmy Morales. De su propuesta se ha dicho de todo. Que solo es para salir del paso y no tiene consistencia. Que es irrelevante. Que es para afectar a los que siempre pagan y no a los que eluden al fisco. Que plantea la forma de recaudar más dinero, pero no garantiza que este será bien usado.

En esa línea, la inconformidad mostrada crece cada día. Y ese mismo rechazo, aparentemente, hizo mella en el mandatario. Ayer, a eso de las 17 horas, el presidente Morales envió una notificación a su homólogo en el Legislativo, Mario Taracena, para que le fuera devuelto el proyecto presentado días atrás.

El hecho ha tomado por sorpresa hasta quienes apoyaban la iniciativa. En el Congreso de la República seguro que también se han sorprendido.

Pero, ¿qué motivó al mandatario a tomar esa determinación? En el Ministerio de Finanzas Públicas, su titular, Julio Héctor Estrada, asegura que en el Ejecutivo se decidió poner oído a las quejas y recomendaciones de los distintos sectores, por lo que se revisará la iniciativa y se le harán los agregados que sean necesarios.

El ministro le aseguró a Siglo.21 que al escuchar las diferentes propuestas se decidió retomar el texto y agregarle temas como los del gasto, la contención, los límites fiscales, las reglas macroeconómicas y la transparencia, lo cual dará lugar a tener una reforma mucho más integral y con mayor respaldo de la población en general.

La verdad, quién sabe. Pero le vamos a dar el beneficio de la duda, aunque en realidad eso debieron pensarlo mucho antes. Porque estar dando palos de ciego redunda en un mal mensaje para la población. Se genera la imagen de una administración insegura, un gobierno que baila al son que le tocan y eso no es beneficioso ni para el mismo gobierno ni para el país, pues siempre hay quienes están al acecho, a la espera de errores de esa naturaleza para llevar agua a su molino.

Se debió poner a mayor discusión el documento inicial y así hacerlo más sólido y fortalecido, con más apoyos sectoriales que garantizaran su aprobación.

Ahora, deberá esperarse a ver con qué otra nos sale el gobernante, pues tampoco ha convocado a ninguna discusión nacional, sectorial, gremial o académica, de donde se pueda suponer que habrá apertura a propuestas exógenas al gobierno central.

Solo nos queda esperar y nada más, para conocer el nuevo acto de esta tragicomedia que, hasta el momento, no ha logrado aterrizar para que entendamos su trama y su lógica.

Lo que sí está claro es que el presidente no sabía a lo que se estaba metiendo cuando decidió ser candidato. Tan así que hasta llora de la desesperación de no poder hacer mayor cosa para solucionar los problemas del país, que al fin y al cabo es su total responsabilidad como mandatario.

Redacción

Equipo de redacción

Avatar de Redacción