Laguna Lachuá, un espejo natural
La laguna Lachuá, en el bosque tropical húmedo de Cobán, Alta Verapaz, es uno de los puntos de atracción en la Franja Transversal del Norte.
Durante el día, la verde maleza de la selva se refleja en sus cristalinas aguas. Por las noches, las estrellas la usan como espejo.
Este manto acuático es como “espejo del cielo”, y está ubicado a 350 kilómetros de la ciudad capital, alrededor de ocho horas de recorrido en automóvil.
Su nombre se deriva de los vocablos q’eqchi’ li, chu, há cuyo significado es “agua hedionda”, en referencia al azufre que contiene. Hay gran variedad de peces, nada tímidos, que se acercan con curiosidad a quien se sumerge en la orilla de la misma. También se pueden observar algunos cocodrilos en las partes aisladas.
Su profundidad se calcula en 222 metros, por lo que no se recomienda nadar a más de 50 metros de la orilla. No hay lanchas, para evitar contaminación, por tratarse de un área protegida por el Instituto Nacional de Bosques (Inab).
En este lugar convive una gran cantidad de especies de aves y fauna propias de Guatemala, como jaguares, tapires, monos saraguate y cocodrilos, además de 35 clases de peces en el sistema hidrológico formado por los ríos Lachuá, Peyán e Icbolay, y la laguna, que son parte de la gran cuenca del río Usumacinta.
Para llegar a la laguna se caminan cinco kilómetros en la selva.