Editoriales

Presupuestos cuestionados

El ministro de Finanzas, Julio Héctor Estrada dio a conocer en una citación en el Congreso, la proyección de fondos destinados a un largo listado de ONG. Los montos explicados por el funcionario público ya generaron cuestionamiento por estar entre las destinatarias de los recursos públicos la Fundación Esperanza de Vida, misma que donó equipo médico y medicinas vencidas en los inicios de la actual administración.

Sin duda, hay muchas ONG que realizan un buen trabajo en las áreas de salud y educación. Sin embargo, la presencia de estas instituciones refleja cómo se fue debilitando la rectoría del Estado en muchos espacios de la vida nacional. A final de cuentas, los millones a asignarse llevan a realizar por enésima ocasión las preguntas que diluciden qué país deseamos y cuáles son los temas a abordar.

Si bien la proyección de recursos para el 2017 debe recorrer un largo camino en el Legislativo, desde ya se manifiestan voces críticas. Ahora bien, no es la suma, sino el sentido del mediano y largo plazo. En otras palabras, la legitimidad no pasa por el rumor, sino por una mirada de los contenidos de fondo.

Y es que en la inclusión de la citada fundación se da una incongruencia. Es decir, realiza una publicitada donación al sistema de salud en enero y ahora se pretende asignarle alrededor de nueve millones. Asimismo, otra de las ONG es la Fundación Pediátrica de Guatemala, señalada de actividades no lícitas ni reguladas, como los bingos y loterías.

Es incuestionable el trabajo de las ONG, muchas de las cuales impulsan trabajos en investigación académica, desarrollo comunitario,  descentralización, educación popular, atención a la niñez y la juventud, comercialización de productos agrícolas, medioambiente. Cabe destacar los esfuerzos desde varias direcciones por la educación bilingüe intercultural.

Por ello, el debate sobre fondos para las ONG debe pasar por su elección transparente, por revisar si todas ellas están incluidas y su trabajo impacta y su vinculación con los sectores que atienden encuentran soluciones razonables y humanas.

Por lo mismo, deben hacerse públicas las ONG seleccionadas y conocer su historial, su experiencia y capacidades. De algún modo, vivir el presente como destino nos ha llevado a suponer que la palabra mañana es otro de los tantos nombres del hoy. No se trata, por supuesto, de aportarle a una posteridad pura, sino de realizar un ejercicio de imaginación y de demanda ciudadana, donde logremos sembrar nuestras miradas más allá de la coyuntura. No permitamos que las palabras de Kafka se hagan realidad: “Hay muchas esperanzas, pero ninguna para nosotros”.

Redacción

Equipo de redacción