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El que sirve, sirve

Nuestra sociedad está necesitada de servidores, no en el sentido de trabajadores del Estado que devengan un salario por el trabajo que deberían realizar, sino de personas que hagan del servicio un estilo de vida, independientemente de la situación o circunstancia en que se encuentren. El servicio va más allá de la oportunidad que algunos tienen de colaborar de manera voluntaria en un servicio de iglesia (sin importar la religión que sea); se trata de hacer más allá de involucrarnos esporádicamente en la ayuda programada que una organización social pudiera invitarnos a tener. El servicio, como indico anteriormente, debería ser un estilo de vida.

Meditando en las implicaciones que servir conlleva, quisiera compartir algunas características o palabras claves que vienen a mi mente cuando pienso en este vocablo. Para un fácil recordatorio las he agrupado en un acróstico:

• Social: el servicio debe ser orientado hacia los demás, compartido, social, en todo el sentido de la palabra y no solo buscando el beneficio o reconocimiento personal.

• Excelencia: debemos servir y hacerlo bien, no a medias, no por salir del paso. La forma en que entreguemos los resultados dependerá del interés y pasión que entreguemos al momento de hacer las cosas, recordando al mismo tiempo que para hacer de la excelencia un factor presente en nuestro servicio, prepararnos seguirá siendo vital.

• Riqueza: debemos servir con lo que poseemos. Todos tenemos algo para dar; nadie puede decir que no posee algo que compartir. No se requiere dinero solamente; podemos dar de nuestro tiempo, conocimiento, habilidades, experiencia. ¿Qué tiene que pueda compartir con otros?

• Vida: el servicio debe ser orientado para impactar vidas. No por el qué dirán, no por la imagen, sino por el deseo auténtico y genuino de dejar una semilla de transformación en los demás.

• Inspiración: cuando servimos dejamos en otros el ejemplo a seguir. Lo que decimos puede tener un efecto positivo en los demás, pero lo que hacemos seguramente será de impacto a nuestro alrededor. Nuestras obras hablarán más que las palabras

• Restaurar: cuando servimos a otros estamos haciendo una restauración en muchos aspectos: social, relacional, interno, externo. Un servicio adecuado es capaz de provocar cambios a nuestro alrededor.

Servir es un provocador de cambios en sí mismo. Constantemente estamos en la búsqueda de ver una sociedad transformada, diferente, y se nos pasa por alto la enorme oportunidad que tenemos diariamente de hacerlo a través de los actos de servicio que cada quien tiene la oportunidad de dar.